Cuando un paciente cruza la puerta de una farmacia, lo hace buscando una solución: puede ser un medicamento de prescripción, un consejo o un producto o servicio. Lo que todo esto tiene en común es la búsqueda del bienestar. Sin embargo, en buena parte del colectivo persiste la creencia o el complejo de que la venta en farmacia es algo ajeno a la labor sanitaria, casi como si la recomendación de producto fuese un acto mercantil y no una extensión del consejo profesional.
Este conflicto interno que algunos profesionales experimentan surge de la dicotomía entre el papel del farmacéutico como agente sanitario y la realidad de que la farmacia comunitaria también es un establecimiento comercial. Sin embargo, percibir esta dualidad con incomodidad o rechazo se traduce en una pérdida de oportunidades para brindar un servicio más completo al paciente.
Hablar de venta en farmacia no debería generar incomodidad; es una extensión natural del consejo farmacéutico
Según la definición de la OMS la salud no solo es la ausencia de enfermedad, sino también un estado de bienestar físico, mental y social. Siguiendo esta definición, el farmacéutico no solo dispensa medicamentos, sino que además recomienda productos y servicios que pueden contribuir a ese bienestar. No se trata de vender por vender, sino de acompañar al paciente en la búsqueda de soluciones. Un cojín ergonómico para alguien con dolor de espalda, una crema para una piel atópica o un complemento nutricional en una etapa de desgaste, por ejemplo, son respuestas a necesidades reales y no simples transacciones comerciales.
Hablar de venta en farmacia no debería generar incomodidad; es una extensión natural del consejo farmacéutico. La diferencia entre vender con criterio y hacerlo sin ética radica en la formación, el conocimiento y la honestidad del profesional. Un farmacéutico recomienda desde la evidencia científica, la experiencia y la confianza. El verdadero desafío radica en comunicar esta realidad con claridad y transparencia, distintos estudios argumentan que la adherencia a tratamientos y productos recomendados por farmacéuticos aumenta significativamente cuando la comunicación se basa en la confianza y en la personalización de la recomendación, por eso es determinante que mantengamos la confianza de nuestros pacientes y nos formemos y actualicemos como ellos merecen.
El futuro de la farmacia pasa por reconocer que el consejo farmacéutico es una herramienta de salud pública, olvidarnos del papel comercial de la farmacia sería reducir su capacidad de servicio. Debemos saber integrar ambas facetas para mantenernos como punto de referencia en la vida de las personas. Vender en farmacia no significa renunciar a la vocación sanitaria, sino fortalecerla al poner al alcance de los pacientes todo lo que puede contribuir a su bienestar.
Bibliografía
- Organización Mundial de la Salud. Constitución de la OMS. Ginebra: OMS; 1948.
- Pharmacist recommendations and patient adherence: the impact of trust and communication. Journal of Pharmaceutical Marketing. 2023; 17(4): 215-230.
- The role of pharmacy in comprehensive healthcare: beyond medication dispensing. International Journal of Pharmacy Practice. 2022; 30(2): 150-160.