Farmacia es un grado que tiene múltiples salidas profesionales, pero una de ellas —quizá menos conocida— una vez que terminas la carrera de Farmacia es la que ofrecen las distintas oposiciones que existen, tanto para trabajar en la Administración General del Estado como en las distintas Comunidades Autónomas.  

Toda la información al respecto se encuentra buscando «empleo público» en las páginas web de cada uno de los Ministerios, o en el BOE, donde aparecen publicadas.  

Como funcionarios del Estado o de las Comunidades, los farmacéuticos que consiguen obtener esta plaza desempeñan funciones diferentes según el lugar donde acaben destinados.  

La función de todos ellos es ejercer y observar el cumplimiento de la legislación dentro del ámbito de las competencias que tengan. Esto resulta muy importante para el buen funcionamiento del Sistema Nacional de Salud y de las distintas áreas, las cuales son muy variadas: dedicadas a la autorización y registro de medicamentos, a las inspecciones de normas de correcta fabricación o buena práctica clínica dentro de la AEMPS, a trabajar en Cartera Común en materia de financiación de medicamentos o a controlar estrategias para la seguridad alimentaria dentro de la AESAN, así como desarrollando normativas sobre la ordenación e inspección farmacéutica en las Comunidades, entre otras funciones.  

Dentro de este ámbito, una de las oposiciones más conocidas es la de Farmacéuticos Titulares del Estado. Pero no es la única que permite el acceso a todo ello, sino que también existe, por ejemplo, la Escala Técnica de Gestión de Organismos Autónomos (ETGOA), o las oposiciones de Sanidad de cada una de las Comunidades. 

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