Según el Dr. Antonio Limitone, manager médico de Pfizer Consumer Healthcare, «en los últimos años, es habitual que se den diferentes lesiones entre las personas que utilizan, por ocio o por trabajo, diferentes tipos de aparatos tecnológicos. Sin duda, el miembro que más sufre es la espalda». El Dr. Limitone recalca además que «el uso prolongado de las nuevas tecnologías hace que los hombros estén habitualmente inclinados hacia delante y que las cervicales estén en máxima tensión durante periodos prolongados de tiempo, lo que provoca la aparición de contracturas».
Por ello ThermaCare® nos ofrece unas pautas sencillas que nos ayudarán a lidiar con estos dolores tan molestos provocados por el mal uso de las nuevas tecnologías:
- La mala postura al usar los teléfonos, conocida como «cuello de texto», puede llegar a agregar entre 15 y 30 kg más de presión sobre la región lumbar. Para evitarlo, es importante alinear las orejas con los hombros mientras los omóplatos están retraídos. Esta postura ayuda a reducir la presión sobre la región espinal.
- Al escribir un mensaje se debe sujetar el teléfono o tablet a la misma altura de los ojos en un ángulo de 30 grados. Esta sencilla posición protege el cuello y las muñecas.
- La silla de trabajo es un elemento fundamental para mantener una postura recta y relajada, sin forzar el cuello, durante la jornada laboral.
- Ponerse recordatorios en el móvil para cambiar de posición y relajar así la espalda y las articulaciones.
- Levantarse de la silla cada dos horas para dar un breve paseo. Es conveniente cada dos horas, como mucho, dar un breve paseo para recolocar la columna vertebral. Además, es importante realizar estiramientos en la silla del trabajo. Entrelazar las manos y alargar los brazos hacia delante para estirar la zona alta de la espalda. Realizar a la vez unas movilizaciones del cuello (despacio para no marearse) hacia los lados y dibujar círculos para relajar la zona.
Y para complementar todo lo dicho, los parches térmicos ThermaCare® son un buen aliado. Estos parches, sin medicamentos, están formados por unas células térmicas que se activan cuando entran en contacto con el oxígeno del aire, liberando un calor constante de 40 ºC durante ocho horas, que ayuda a aliviar el dolor muscular de una forma cómoda, sencilla y eficaz.