Casi todas las personas padecen síntomas como la dispepsia o el reflujo gastroesofágico caracterizados por dolor, indigestión y ardor, al menos una vez en la vida. Estos síntomas, que pueden aparecer a cualquier edad, son muy comunes y crónicos, como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) o el Síndrome Dispéptico, y pueden llegar a afectar hasta el 40 % de la población general1.
Los dos órganos implicados en estos problemas son el esófago y el estómago. El primero funciona en cierto modo como un tobogán que, gracias a la acción de más de 50 músculos situados en la pared esofágica, permite transportar los alimentos ingeridos hasta el estómago. El segundo, el estómago, tiene forma de «bolsa». Es un «órgano de reserva» donde se almacenan los alimentos y se mezclan con los jugos gástricos compuestos principalmente por ácido clorhídrico, agua y enzimas digestivas. Gracias a este proceso y a una enérgica acción muscular, los alimentos ingeridos se descomponen y modifican a través de complejas reacciones fisicoquímicas.
La salud del estómago también depende de la salud de su capa más interna, la mucosa gástrica. Esta capa tiene una función importante: segrega los jugos gástricos y crea el ambiente ácido típico del estómago, produciendo al mismo tiempo el moco que permite al estómago protegerse frente a los procesos digestivos. A su vez, la salud de la mucosa gástrica depende de un delicado equilibrio entre sustancias agresivas y agentes protectores. Cuando este equilibrio se altera (por intensidad de estímulos agresivos o como consecuencia de una actividad deficiente de la mucosa) puede quedar afectada su funcionalidad y crear alteraciones en ella.
Trastornos digestivos: relacionados con el ácido
La ERGE y el síndrome dispéptico son trastornos que se asocian generalmente a patologías relacionadas con el ácido. Hoy en día, se reconocen más correctamente como patologías multifactoriales y heterogéneas, en las que la aparición de la sintomatología está vinculada a un desequilibrio entre los factores protectores, como la saliva y el moco presentes fisiológicamente en el esófago y el estómago, y los factores dañinos.
Dada la elevada prevalencia y el carácter a menudo crónico de estos trastornos, es fundamental evaluar cuál es la terapia más adecuada. Esto resulta especialmente importante para los niños, para las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia y para los mayores de 50 años, ya que en estas poblaciones las consideraciones del médico sobre la seguridad del tratamiento y el estado general de salud del individuo asumen particular importancia.
En la actualidad, los fármacos más utilizados para tratar estas afecciones son aquellos a base de sustancias de síntesis que actúan mediante mecanismos de acción dirigidos a reducir o eliminar la acidez gástrica. Sin embargo, cabe señalar que el ácido gástrico es un elemento fundamental para el estómago cuya función, entre otras, es facilitar los procesos digestivos y la absorción de macro y micronutrientes, como el hierro.
Existe un enfoque terapéutico que se diferencia del enfoque farmacológico (basado en fármacos antiácidos e inhibidores de la secreción ácida gástrica – IBP) y se basa en el uso de productos sanitarios a base de sustancias naturales con función protectora de la mucosa gástrica. Este enfoque suscita cada vez más interés en médicos y científicos y su eficacia está demostrada por investigaciones clínicas controladas y del mundo real (RWE). Estos productos están disponibles en varias formas, como comprimidos, y actúan imitando y potenciando las barreras naturales del estómago y del esófago mediante una acción mecánica no farmacológica, sin afectar la secreción del ácido.
La prueba científica de las sustancias naturales
La Evidence-Based Medicine se aplica cada vez más al sector de las sustancias naturales con acción terapéutica para demostrar su eficacia y seguridad mediante investigaciones clínicas de intervención y pruebas del mundo real. Por ejemplo, una investigación publicada en la revista científica Frontiers analizó datos «reales» procedentes de experiencia de uso a gran escala, demostrando que los sistemas de sustancias naturales tienen un alto nivel de seguridad, tolerabilidad y beneficio clínico en el tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la dispepsia. En concreto, a través de una encuesta se evaluó la eficacia percibida, la seguridad y el patrón de uso entre pacientes, médicos y farmacéuticos de un complejo natural a base de polisacáridos, minerales y flavonoides, involucrando a 4.465 personas2.
Salud y sostenibilidad A menudo se pasa por alto el impacto que los fármacos pueden tener en el medio ambiente y, por ende, en los seres humanos y demás seres vivos. Sin duda, la sensibilización al respecto por parte de las personas y la industria ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, hasta ahora, nos preocupamos más por la sostenibilidad del envase (packaging) y en cierto modo dejamos de lado la biodegradabilidad del contenido. Un producto es 100 % natural cuando es totalmente biodegradable, es decir, cuando está realizado a partir de la naturaleza y procesado de manera que no se modifica su esencia y puede volver a entrar en el ciclo de la vida sin afectar a los organismos vivos ni al medio ambiente. |
Bibliografía
1. Update on the epidemiology of gastro-oesophageal reflux disease: a systematic review Hashem B El-Serag, Stephen Sweet, Christopher C Winchester, John Dent
2. Cioeta. R., Effectiveness and tolerability of a natural mucosal protective agent for gastroesophageal reflux disease and dyspepsia: Surveys from patients, physicians, and pharmacists. Front. Drug Saf. Regul., 10 October 2022 Sec. Substance-Based Medical Devices. Volume 2 - 2022 | https://doi.org/10.3389/fdsfr.2022.969831