«Uno de los problemas más importantes en la terapia antibiótica es que su arsenal disponible se ve cada vez más limitado a causa de la aparición de resistencias, que se agravan debido al uso indiscriminado y al incumplimiento de las pautas», ha señalado el farmacéutico en la sesión formativa «Avances diagnósticos y terapéuticos en el manejo de los procesos inflamatorios de garganta», celebrada en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y que ha contado con el respaldo de Reckitt Benckiser Healthcare.
De hecho, una serie de datos demuestran que la sobreprescripción de antibióticos es ineficiente por distintas razones: no acorta el curso de la enfermedad infecciosa en pacientes individuales, aumenta los costes y causa efectos adversos innecesarios (problemas gastrointestinales, cefalea, rash cutáneo, infecciones fúngicas). En una revisión realizada por la organización Cochrane en pacientes adultos con bronquitis aguda tratados con antibióticos se registraron hasta un 31% de efectos adversos. También aumenta el potencial para el desarrollo y expansión de las resistencias en la comunidad y en el propio individuo. Además, aumenta la frecuencia en episodios similares (dolor de garganta) en el mismo individuo, lo que incrementa los costes de tratamiento.
Antiinflamatorios no esteroides
Para los procesos de dolor leve-moderado de garganta, Boleda ha indicado que «los antiinflamatorios no esteroides (AINE) son una muy buena opción terapéutica, utilizados en ciclos cortos, a dosis lo más bajas posibles y siempre dentro de su rango de eficacia». Entre los avances terapéuticos en el campo de los AINE, Boleda ha destacado «el flurbiprofeno en una fórmula en pastillas para chupar, ya que, al tratarse de un AINE de elevada potencia, permite una dosis baja en su formulación». Asimismo, «presenta un buen perfil de tolerabilidad con respecto a otros antiinflamatorios y proporciona un alivio sintomático del dolor de garganta en poco tiempo. Al no absorberse de una forma significativa, y, por tanto, no producir un efecto sistémico, reduce la posibilidad de aparición de efectos secundarios», ha concluido Boleda.