Ésta es la base del documento Propuesta de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) sobre el papel del farmacéutico comunitario en la atención sociosanitaria, en la que se plantea crear servicios de farmacia comunitaria vinculados a las farmacias comunitarias mediante la prestación de servicios profesionales farmacéuticos (SPF) prestados por farmacéuticos comunitarios capacitados, concertados a través de los colegios oficiales de farmacéuticos y en coordinación con el resto de profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud.
Los objetivos de esta propuesta abierta son, según SEFAC, servir de ayuda en las regulaciones que de la atención y prestación farmacéutica se planteen para el ámbito sociosanitario, impulsar el desarrollo profesional del farmacéutico comunitario en el ámbito sociosanitario y contribuir a la sostenibilidad del sistema sanitario español, además de mejorar la atención a los pacientes.
En la actualidad en España se estima que hay más de 5.300 CSS con más de 359.000 plazas y es previsible un importante incremento en los próximos años, tanto de residencias o centros de día para la tercera edad, como de instituciones o pisos tutelados para pacientes con distintas discapacidades.
Los servicios de farmacia comunitaria integrarían las funciones tradicionales de suministro de los depósitos de medicamentos con las funciones asistenciales propias de la atención farmacéutica sociosanitaria realizada a través de la prestación de servicios profesionales farmacéuticos. El objetivo que busca SEFAC es, en definitiva, favorecer un entorno de trabajo en equipo con el resto de profesionales que intervienen en los CSS, en el que el farmacéutico comunitario, como experto en el medicamento, sea el responsable de la gestión integral del medicamento, desde su adquisición hasta su eliminación, pasando por la conciliación de la medicación y el seguimiento de los tratamientos para garantizar un uso seguro y mejorar los resultados en salud.
Situación diversa
La propuesta de SEFAC también quiere contribuir a reducir la diversidad tanto legislativa como asistencial existente en la atención farmacéutica que se ofrece en los CSS, que depende de su tamaño (número de camas), su titularidad (privada o pública) y en el caso de los públicos la entidad responsable (ayuntamientos, diputaciones, comunidad autónoma…).
Para ello, habría dos criterios fundamentales para vincular estos nuevos servicios a las farmacias comunitarias: el primero sería el de la calidad del servicio (catálogo de servicios asistenciales ofrecido, capacitación del personal, experiencia…) y el segundo el de la accesibilidad (proximidad de la farmacia, su horario...). Además, el farmacéutico/s comunitario/s responsable del servicio de farmacia comunitaria debería desarrollar su labor profesional en los CSS desde la farmacia comunitaria certificada a la que perteneciera y debería estar capacitado para prestar los servicios profesionales adicionales correspondientes y garantizar su continuidad durante el funcionamiento del centro.
Asimismo, sería imprescindible la colaboración de los responsables de los CSS y del personal sanitario que interviene en la prescripción y uso de los medicamentos (médicos, enfermeros, gerocultores, farmacéuticos hospitalarios) para que el farmacéutico comunitario pudiera desarrollar su labor logística y asistencial.