En concreto, los anticoagulantes que actúan como preventivos de enfermedades cardiovasculares, así como el ictus, experimentan un aumento. Por el contrario, presentan descensos sorprendentes los que se utilizan en cardioterapia y vasoterapia cerebral y periférica, y solo aumentan los que actúan sobre el colesterol y los nuevos productos que permiten agrupar en una dosis varios medicamentos de uso común, en enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, se produce un descenso considerable de los medicamentos usados para problemas dermatológicos. Otros datos son la caída de los antiinfecciosos ginecológicos, anticonceptivos, urológicos y los utilizados en la disfunción eréctil. Asimismo, la caída en el consumo de todo tipo de hormonas, incluidas las utilizadas para los procesos asmáticos, «es un hecho sorprendente desde el punto de vista terapéutico, ya que nunca se había producido un descenso de -9% en este tipo de productos».
Además, el consumo de antibióticos cae un -16%, y el de vacunas en general, un (-11%). También es destacable el fuerte crecimiento que ha experimentado la medicación usada en la deshabituación tabáquica, que comenzó a financiarse a principios del año 2020. Por último, el Observatorio del Medicamento explica que «no se había producido nunca una caída del consumo de antitusivos y, en general, de los medicamentos para el aparato respiratorio. Tampoco de los utilizados para afecciones oculares y otológicas. Los descensos que se han producido hay que atribuirlos al uso de mascarillas y al distanciamiento social».