Decálogo de Safe Sea
1. ¿Cuanta crema debo usar? La regla de las 7 cucharillas. Aplica la crema, sobre la piel seca, en casa al menos 30 minutos antes de exponerte al sol. La «regla de las 7 cucharillas» está basada en estudios de laboratorio que estiman que la cantidad mínima necesaria de fotoprotector es de 2 mg/cm2, es decir, un adulto necesitaría unos 36 ml de fotoprotector. Las 7 cucharillas corresponden a una por cada una de las partes del cuerpo: piernas, brazos, torso, espalda y cara.
2. Y los factores, ¿qué son? El principal detalle que todos tenemos en cuenta al comprar una loción solar es el factor de protección solar (FPS) pero, ¿sabemos a qué corresponden las cifras FPS 30 o FPS 50? El factor de protección solar o índice de protección solar de las lociones solares indica cuánto tiempo más es capaz de aumentar la capacidad de defensa natural de la piel antes de llegar a quemarse nuestra piel. Es decir, si exponiendo nuestra piel al sol sin protección nos quemamos al cabo de 15 minutos, con un FPS 15, la piel tardaría 15 veces más en enrojecerse. El FPS se define pues como la relación entre el tiempo necesario para la aparición de enrojecimiento usando filtro solar y el tiempo necesario para que se produzca el mismo pero sin el filtro.
Cabe recordar, que al exponer nuestra piel al sol durante un tiempo prolongado, se desaconsejan los factores inferiores al FPS 30 y que esta cifra es orientativa, ya que en el proceso de reacción de nuestra piel ante el sol influyen muchos otros factores.
3. «Los factores elevados impiden el bronceado». Ningún protector solar, en las condiciones habituales de uso, detiene todos los rayos UV. El concepto «pantalla total» no es del todo exacto, ya que sólo afirma evitar la radiación ultravioleta B responsable de las quemaduras, pero no que retenga el resto de las radiaciones solares (UVA, IR). Todos los fotoprotectores permiten el paso de una cantidad de radiación, que aunque sea mínima ya será suficiente para estimular la pigmentación. De hecho, la Unión Europea recomienda evitar el uso de términos como «bloqueante solar» o «protección total».
4. Reaplicar la crema, ¿cada cuánto? Todos los fotoprotectores tienen pérdidas con el baño, pero estas son mínimas en ciertos protectores solares como los protectores solares water-resistant, con capacidad protectora tras 40 minutos de inmersión (2 baños de 20 minutos) y los protectores solares very water-resistant (o waterproof), capaces de resistir 80 minutos de inmersión (4 baños de 20 minutos) sin perder efectividad.
Otros factores pueden hacer que parte del producto aplicado sobre la piel se pierda: la sudoración, el secado con toalla, el rozamiento con la ropa o la fricción con la arena. Por todo ello, se recomienda reaplicar el protector solar cada 2 o 3 horas en exposiciones prolongadas.
5. ¿Caducan las cremas solares? Sí. Para que el factor de protección solar (FPS) de un fotoprotector siga correspondiendo al indicado en su envase, una vez abierto no debe utilizarse la temporada siguiente. Todos los envases tienen un periodo de conservación recomendado tras su apertura (PAO) que figura en el dibujo en forma de tarro abierto del envase.
Durante el verano los fotoprotectores se exponen a condiciones ambientales extremas, por ejemplo en el bolso de playa o en el interior del coche, alcanzando temperaturas que no permiten garantizar la capacidad de protección y estabilidad del producto. Para evitarlo, los protectores solares se comercializan del tamaño apropiado para ser consumidos en un periodo de tiempo breve desde su apertura, pero la cantidad de producto utilizada suele ser menor de la recomendada y los envases duran más de lo previsto. Una buena recomendación, en estas situaciones, puede ser agotar el fotoprotector sobrante al final de la temporada utilizándolo como crema hidratante.
6. ¿Puedo poner crema a mi bebé? Las autoridades sanitarias internacionales recomiendan no exponer al sol a los menores de 6 meses ya que tienen una menor capacidad de sudar y menor contenido en melanina, por lo que son especialmente susceptibles al calor y las quemaduras solares. Por lo tanto y partiendo de la base que los padres no van a exponer al bebé al sol, no recomiendan el uso de fotoprotectores en niños menores de 6 meses.
En relación con el peso, los niños tienen una mayor superficie corporal que los adultos y, en consecuencia, el riesgo de exposición sistémica a cualquier sustancia que se aplique tópicamente es mayor. Los niños requieren fotoprotectores específicos, ya que la piel del niño posee características especiales que la hacen más vulnerable frente al sol que la del adulto: estrato córneo más fino, melanogénesis poco desarrollada y menor defensa frente a radicales libres.
7. Una crema para la cara y otra para el cuerpo. Aunque tendemos a creer que se trata de simples campañas de marketing, la realidad es que es esencial usar una crema diferente para la cara respecto a la crema corporal. La piel de nuestro rostro es bastante más sensible e irritable, por lo que resiste menos al sol. Por ello es muy importante usar una crema adecuada a esa necesidad.
8. ¿Qué son los rayos ultravioleta B, y los A? Los rayos UVB (290-320 nm) son los causantes del eritema solar y desencadenan la verdadera pigmentación de la piel con formación de nueva melanina, un proceso conocido como melanogénesis o «Pigmentación indirecta».
Los rayos UVA (320-400 nm) en cambio actúan sobre la melanina ya existente, oxidándola y dando lugar a un bronceado conocido con el nombre de «Pigmentación directa». Su poder para causar eritema es muy débil. Sin embargo, al tener una mayor capacidad de penetración en la piel (llega hasta la dermis), es la responsable a medio y largo plazo de otros fenómenos destructivos como: elastosis, envejecimiento, manchas y cáncer cutáneo.
9. ¿Cuál es la peor hora para tomar el sol? Las peores horas son las centrales del día, las cuatro horas de mayor intensidad de la radiación UV, en torno al mediodía solar. En verano el mediodía solar se alcanza en la mayor parte de Europa a las 14:00 h (las 2 de la tarde). Cualquier horario fuera de esas 4 horas centrales será más seguro. Para reconocer la franja horaria de menor riesgo, basta con observar que nuestra sombra es tan larga como nuestra propia altura.
10. «En la sombra no necesito fotoprotector». De la misma forma que es necesario ponerse crema solar aunque tengamos ropa puesta, también lo es aunque estemos bajo una sombrilla, toldo o cualquier tipo de sombra. Hasta el 34% de la radiación solar puede llegar a nuestra piel al reflejarse en la arena y el agua. Por eso es posible quemarse incluso estando en la nieve, por este reflejo del sol.