La farmacia aporta múltiples valores a la cadena del medicamento, como seguridad, eficacia, profesionalidad, cercanía, prestación de servicios profesionales, calidad o confianza. Valores que se han consolidado durante la pandemia con su participación en diversas iniciativas para asegurar la continuidad asistencial y garantizar el acceso a los medicamentos. Así se puso de manifiesto ayer durante la mesa «Farmacia comunitaria: aportando valor a la cadena del medicamento», en el marco del 22 Congreso Nacional Farmacéutico que se está celebrando en Sevilla.
En la mesa, moderada por el presidente del Consejo General de Farmacéuticos, Jesús Aguilar, participaron los presidentes de Farmaindustria, Juan López-Belmonte; Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), Mar Fábregas; Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP), Alberto Bueno; Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar), Matilde Sánchez, la directora general de la Asociación Española de Biosimilares (Biosim), Encarna Cruz, y el director general de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, César Hernández, que lo hizo vía online, ya que no pudo desplazarse hasta Sevilla.
César Hernández explicó que a la farmacia comunitaria le pide «colaboración, para mejorar lo que necesitan los ciudadanos, diálogo e inteligencia para detectar y trasladar datos para la búsqueda de mejoras», en referencia a su privilegiada situación en el sistema y su estrecho contacto con los pacientes. En cuanto a la implantación de servicios asistenciales en las farmacias, como la dispensación colaborativa de medicamentos hospitalarios en farmacias comunitarias, el director general mostró su voluntad de darles cobertura legal en el marco de la reforma de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios.
Juan López Belmonte manifestó que «podemos desarrollar el mejor medicamento, pero no servirá si no llega al paciente que lo necesita, por ello, la cadena de distribución y dispensación de la que disponemos en España es sólida, segura y da confianza a la población». En este sentido destacó la colaboración y el esfuerzo extraordinario que ha hecho el sector para combatir posibles desabastecimientos, «lo que muestra la fortaleza del modelo», y añadió que «seguimos trabajando para seguir reforzándolo a través de la colaboración con iniciativas de éxito como SIGRE y SEVeM».
Por su parte, Mar Fábregas señaló que «a través de las más de 22.000 farmacias, los farmacéuticos prestan cuidados de salud, servicios asistenciales, educación e información contribuyendo al uso responsable de los medicamentos, a la mejora en el acceso a la atención sanitaria y a la promoción de la salud», y puntualizó que «esta amplia red ha sido uno de los pilares fundamentales en el progreso de los medicamentos genéricos». A continuación, terminó asegurando que «farmacéuticos y medicamentos genéricos forman un tándem perfecto por las oportunidades de valor que aportan al sistema sanitario en términos de eficiencia, optimización de recursos, mejora de la calidad asistencial, ahorro y cohesión».
Entre las fortalezas de la farmacia, Alberto Bueno, destacó «su capilaridad, con más de 22.000 oficinas de farmacia, y la capacidad de los profesionales farmacéuticos para entender lo que es la salud de una forma holística, y su capacidad, por su conocimiento sanitario, de dar respuesta a las necesidades de autocuidado de los ciudadanos, a través de su consejo y de los medicamentos y productos de autocuidado». Afirmó, asimismo, que «los farmacéuticos son agentes sanitarios imprescindibles y prioritarios dentro de las políticas sanitarias».
Matilde Sánchez Reyes destacó que «la capilaridad es la principal fortaleza de la farmacia comunitaria que está presente hasta en los municipios más pequeños del país. Ese es el principal valor que diferencia nuestro modelo de farmacia, íntimamente ligado y que es posible gracias a la labor de la distribución farmacéutica». Además, insistió en que «desde la perspectiva de la distribución, apoyamos totalmente el desarrollo de los servicios profesionales farmacéuticos y acompañaremos a la farmacia en este camino». Por último, reconoció que es «un hecho, y se ha demostrado durante la pandemia, que la sinergia distribución-farmacia ha dado buenos resultados, por ejemplo, con la dispensación colaborativa».
Encarna Cruz subrayó «la vocación de servicio de la red de farmacias, así como el valor que representa su capacidad de adaptación a la evolución de los tiempos; cambios tecnológicos, regulatorios… todo tipo de cambios que la convierten en un motor de cambio y adaptación en el sistema sanitario». Precisamente esta capacidad de adaptación se refleja en el desarrollo de nuevos servicios asistenciales en las farmacias, que, para Cruz, «no es una opción, es una necesidad que demanda la sociedad».