Así, la guía se centra en las labores que puede desarrollar el farmacéutico desde la farmacia comunitaria como cribado, detección, prevención y seguimiento de la enfermedad, control de la glucemia, mejora de la adherencia, y colaboración con el resto del equipo de atención sanitaria del paciente, entre otros.
Para Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Farmacéuticos, «esta guía es un paso más en la ruta que nos hemos marcado para ser más asistenciales, y trabajar junto a otras profesiones sanitarias en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Ya lo hemos hecho con enfermedades como la ELA o el párkinson y ahora lo hacemos con la diabetes, una enfermedad que afecta o afectará a 1 de cada 8 españoles».
Para Andoni Lorenzo, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), contar con guías de este tipo es un valor añadido para las personas con diabetes tipo 2, pues «resume de una manera fácil y rápida muchas de las recomendaciones necesarias para controlar la patología, y mejorar la adherencia al tratamiento, algo esencial para los cerca de seis millones de españoles afectados por la diabetes». Además, Lorenzo ha añadido la importancia de la colaboración de diferentes agentes sanitarios, en este caso asociaciones y farmacéuticos, para llevar a cabo iniciativas y proyectos de este tipo, orientados en última instancia, a la mejora de la calidad de las personas con diabetes.
Innovadora y multidisciplinar
Otra característica innovadora de esta guía, que a través de 60 páginas repasa los aspectos esenciales para un perfecto cuidado y atención a la persona con diabetes, es que ha sido elaborada por un equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios que han puesto en común sus conocimientos y su experiencia al servicio de una mejor calidad de vida en estas personas.
En este sentido, el médico de familia, Dr. José Javier Mediavilla Bravo, uno de los autores de la guía subraya que «todos los profesionales sanitarios debemos implicarnos tanto en la prevención de la enfermedad, como en la realización de un diagnostico precoz y su tratamiento con el fin de evitar o retrasar la aparición de complicaciones que suelen ir unidas a esta patología».
Por su parte, la enfermera Blanca Fernández-Lasquetty, otra de las autoras, insiste en que «todo profesional que de una u otra forma está en contacto directo con la persona con diabetes, ya sea el médico, enfermera, o farmacéutico, cada uno desde su campo competencial especifico, debe tener los conocimientos y las habilidades para colaborar en programas de entrenamiento en autocuidado, fomentando las buenas prácticas».
Por último Laura Martín, farmacéutica del Consejo General que ha participado en la elaboración de la guía, destaca que «la colaboración entre todos, profesionales de la salud y población, es fundamental para que acciones preventivas o de detección precoz sean efectivas y, en este sentido, las farmacias comunitarias de nuestro país ofrecen un espacio desde el cual realizarlas. Además, los farmacéuticos contribuyen a la optimización de los tratamientos farmacológicos, la mejora de la calidad de vida o a proporcionar educación sanitaria a personas con diabetes».