Proactividad, información y comunicación, claves para afrontar el problema del desabastecimiento de fármacos

El problema del desabastecimiento ha sido protagonista esta mañana en Infarma Barcelona 2015, en una mesa en la que han participado representantes de la Administración, de Farmaindustria, de la distribución, de la farmacia de hospital, de atención primaria y de la farmacia comunitaria.

Proactividad, información y comunicación, claves para afrontar el problema del desabastecimiento de fármacos

Todos los ponentes han aprovechado la ocasión para hacer propuestas para resolver el problema y han coincidido en la necesidad de compartir la información. A este respecto ha sido interesante escuchar a Francesc Pla, vicepresidente del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona, reconociendo que se ha perdido un tiempo precioso porque "hemos estado negando este problema durante años". Quizá por ello no ha dudado en reclamar transparencia e inmediatez a la hora de afrontar el problema: "Nos falta información fiable y por este motivo se genera confusión e inseguridad", ha puntualizado.

La mesa la ha abierto M. Luisa Tarno, jefe del Área de Control de Medicamentos del Departamento de Inspección y Control de Medicamentos de la Agencia Española de Medicamentos, que ha aprovechado su presencia en la mesa para proponer algunas soluciones para el problema de suministro de fármacos, entre ellas disponer de proveedores y fabricantes alternativos, un mejor cumplimiento de las normas de correcta fabricación, más sensibilización sobre las consecuencias del desabastecimiento para los pacientes, una información temprana a las autoridades sanitarias y una gestión del problema por parte de las autoridades.

Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria, también ha aportado algunas soluciones, que en su opinión pasan por notificar mejor, modificar la normativa del sistema de precios de referencia o disponer de un sistema de verificación que permita ofrecer un seguimiento de lo que realmente se dispensa. Ha añadido, sin embargo, que su percepción es que se trata de un problema que va a menos.

En representación de la distribución ha hablado Miguel Valdés, director general de FEDIFAR, quien ha reconocido que se trata de "un problema global, que se está discutiendo en medio mundo". También ha ofrecido una batería de soluciones, como un análisis conjunto de los agentes implicados y la búsqueda de fórmulas para paliar los efectos del desabastecimiento; que los colegios profundicen en sus medidas de control para evitar prácticas ilegales; que la Dirección General de Farmacia revise SEGUIMED para que sea una herramienta eficaz en el control del suministro; que las empresas de distribución asociadas optimicen sus controles y que soliciten a sus suministradores que respondan de la legalidad del origen de sus suministros, y que la AEMPS revise los procedimientos de concesión e inspección de licencias. Por último, Valdés ha comentado que desde FEDIFAR se quiere impulsar un sistema de información para detectar situaciones de suministro irregular.

La sesión ha proseguido con las intervenciones de Carmen Solera, farmacéutica del Consorci Sanitari de Terrassa y miembro de la Comisión del Programa de Armonización del CatSalut, y Edurne Fernández de Gamarra, especialista de farmacia hospitalaria del Hospital de Sant Pau de Barcelona. La primera ha explicado que el profesional de atención primaria ve el problema del desabastecimiento con "sorpresa e indignación" y ha alertado de que los cambios de marca, de dosis y de presentaciones que provoca el desabastecimiento son un peligro potencial de errores de medicación. Por su parte, Fernández de Gamarra ha afirmado que es un problema que afecta a todos los ámbitos asistenciales y ha reconocido que en su hospital tienen a una persona encargada de hacer un seguimiento diario de los problemas de suministro. Ha añadido que, en su opinión, la principal estrategia para afrontar el problema pasa por tener más proactividad y más comunicación.

El último en intervenir ha sido Francesc Pla, que se ha referido a la llamada distribución inversa, que ha reconocido que solo puede darse a través de una oficina de farmacia. Y en este sentido ha sido contundente: "En España una oficina de farmacia sólo puede vender medicamentos al usuario final. Hacer otra cosa es ilegal, y la saben tanto el que vende como el que compra".