• Establecer una buena rutina de limpieza diaria: una buena limpieza ayudará a mantener nuestra piel libre de los alérgenos que hayan estado en contacto con ella. Será imprescindible el lavado de manos, cara y ojos, utilizando un producto suave que respete el pH de nuestra piel, sin perfumes ni conservantes, o bien jabones sin detergentes reconocibles o llamados “Syndet”.
• Cuidar nuestra alimentación: es esencial cuidar la pared intestinal, mucosas digestivas y microbiota, para que el intestino actúe como barrera frente a los alérgenos. Algunos alimentos recomendados para esta época primaveral son la manzana, cebolla, té verde, zanahoria, col cruda, escarola, semillas de lino, cúrcuma y jengibre, entre otros.
• Mantener una correcta hidratación: mantener nuestra piel bien hidratada ayudará a reducir las reacciones inflamatorias, actuando en las capas de la dermis. Es muy recomendable el uso de un serum hidratante.
• Evitar la exposición al aire libre los días con más concentración de alérgenos: limitar el tiempo que se pasa al aire libre en los días de mucha concentración de alérgenos es una buena forma de evitar la reacción alérgica. En caso de exponernos, es recomendable utilizar prendas que transpiren y ducharnos al terminar la actividad, evitando la irritación de la piel.
• Proteger la piel del sol: es muy recomendable exponerse al sol de forma gradual y utilizar siempre un fotoprotector para evitar que la piel interprete estos primeros rayos solares como un ataque y reaccione provocando picor, irritación o ronchas.