Green Cross Health es uno de los principales proveedores de asistencia sanitaria primaria del mercado de Nueva Zelanda. Da servicio a más de 350 farmacias comunitarias que operan con las marcas Unichem y Life Pharmacy, así como a 40 centros médicos agrupados bajo la marca The Doctors y a Access Home Health, que atiende a más de 21.000 pacientes a domicilio.
Soy la directora de los servicios profesionales de Green Cross Health, tanto médicos como farmacéuticos. Nuestro objetivo es proporcionar en nuestras comunidades una asistencia sanitaria mejor, más rápida, más cómoda y más cercana al hogar, a la vez que nos preocupamos de que los profesionales de la salud se sientan motivados para trabajar al máximo nivel de sus competencias.
Con la colaboración de la Dra. Natalie Gauld, una especialista en reclasificación, Green Cross Health ha adoptado también un papel muy activo en el área de reclasificación de fármacos. En los últimos 5 años, los farmacéuticos de Nueva Zelanda se han convertido en vacunadores contra enfermedades graves, han aplicado tratamientos contra infecciones no complicadas de las vías urinarias (trimetoprima), tratamientos para el acné de leve a moderado (adapaleno) y para la disfunción eréctil, siempre sin necesitar receta. Todo ha sido gracias a un proceso permisivo de reclasificación de fármacos realizado en Nueva Zelanda, liderado por Green Cross Health con el apoyo de la doctora Natalie Gauld.
Durante la campaña para conseguir un antibiótico para el tratamiento de las infecciones urinarias no complicadas que un farmacéutico (con la formación adecuada) pudiera administrar sin receta, también preguntamos a las mujeres de nuestra comunidad a qué medicamentos les gustaría poder acceder sin receta: muchas de ellas pidieron anticonceptivos orales. Entonces iniciamos un proceso de reclasificación de los anticonceptivos orales para las mujeres de Nueva Zelanda, que duró 3 años.
Reclasificación de los anticonceptivos orales
Hemos recorrido un largo camino desde los días en los que la píldora anticonceptiva se conocía como el «amigo de la esposa», aunque fuera poco fiable e insegura. La primera píldora anticonceptiva se elaboró hace más de 100 años, en una era en la que cualquier mención a la anticoncepción se consideraba obscena. Por eso rápidamente quedó fuera de la vista. Hoy en día las mujeres hablan abiertamente de conseguirla o utilizarla, y sólo les separa de ella una visita médica. Pero lamentablemente muchas mujeres aún estaban a merced de los horarios de consulta.
Uno de los principales problemas de las mujeres trabajadoras y las madres muy ocupadas es que, en mu-chos sitios, los consultorios médicos tienen un horario limitado entre semana y están cerrados los fines de semana. Programar una cita con un buen horario, tratando de coordinar el trabajo, la familia y otros compromisos, puede ser difícil.
Por eso en los últimos 3 años he formado parte del equipo que redactaba las solicitudes al Comité de Clasificación de Fármacos, para que determinados anticonceptivos orales se pudieran obtener sin receta en las farmacias. Hemos hecho tres intentos consecutivos en representación de todas las farmacias de Nueva Zelanda con el fin de conseguir la reclasificación de los anticonceptivos orales. El último de ellos consiguió la aprobación el 14 de febrero de 2017, y permite dispensar anticonceptivos orales siempre que un médico haya prescrito el anticonceptivo oral a la mujer en los últimos 3 años, y siempre que el farmacéutico tenga la formación adecuada y cumpla determinadas directrices. Esta aprobación abarca determinados anticonceptivos orales combinados y la píldora simple de progesterona. Para obtener un anticonceptivo oral combinado de un farmacéutico, las mujeres deben tener una edad comprendida entre los 16 y los 39 años, y para la píldora simple de progesterona, entre los 16 y los 52 años.
Objetivo principal de la reclasificación
El objetivo principal de la reclasificación es mejorar el acceso de las mujeres a una contracepción eficaz, que sea coherente con la seguridad y la eficacia de este medicamento. La disponibilidad a través de farmacéuticos con una formación específica que cumplan criterios estrictos reduce las barreras de las mujeres a su acceso, a la vez que maximiza la seguridad y puede reducir el riesgo de embarazos no deseados. Algunos de nuestros colegas médicos tenían la sensación de que el suministro de anticonceptivos orales directamente desde la farmacia significaría que ellos iban a desconocer lo que estaban tomando sus pacientes. Por este motivo, como parte de esta reclasificación se anima encarecidamente a los farmacéuticos a hablar con las mujeres para confirmar que consienten en compartir esta información con su médico de cabecera (esto no es obligatorio, pero se recomienda con insistencia).
Dado que la mujer tiene que firmar un consentimiento, el farmacéutico preguntará a la mujer si le han prescrito el fármaco en los últimos 3 años, a la vez que le explicará los motivos y la importancia de esta pregunta.
Herramientas necesarias
Había llegado el momento de dar el paso siguiente, y de proporcionar a las mujeres las herramientas nece-sarias para cuidar su propia salud sexual de forma segura. Como profesionales de la salud con formación, los farmacéuticos están bien equipados para hablar con las mujeres sobre sus necesidades anticonceptivas y ofrecerles una opción accesible. Muchas farmacias tienen una sala de consultas o una zona privada en la que mantener conversaciones discretas, y por supuesto ofrecen la comodidad de horarios de apertura pro-longados para satisfacer las necesidades de una sociedad cada vez con menos tiempo. Finalmente, creo que la decisión sobre dónde desea obtener la mujer su anticonceptivo oral, siempre que se salvaguarden su seguridad y su bienestar, es una prioridad que no debería depender ni del médico ni del farmacéutico, sino de la propia mujer.
Hoy en día los anticonceptivos orales están entre los fármacos más usados, más estudiados y más eficaces del mercado. Ofrecen protección contra embarazos no deseados, y presentan un perfil de efectos secundarios compatible con su disponibilidad sin receta. También satisfacen otros criterios de disponibilidad sin receta, como riesgo mínimo de sobredosis y potencial escaso de uso indebido y consumo abusivo: la mujer puede decidir si necesita la anticoncepción o no, pero la dosis es fija. Además, los estudios de farmacias del Reino Unido y de Estados Unidos demuestran que las mujeres obtienen un suministro seguro a través de los farmacéuticos con formación especializada.
El comité de prácticas ginecológicas del American College of Obstetricians and Gynecologists publicó un artículo en 2012 en el que daba apoyo públicamente a la entrega de anticonceptivos orales sin receta. La American Academy of Family Physicians también dio su apoyo en 2014.
En Reino Unido, Australia y Estados Unidos, algunas dispensaciones de fármacos ya se hacen sin prescripción. En algunos estados de este último país, los farmacéuticos comunitarios entregan anticonceptivos orales directamente a las mujeres, sin receta médica, ya sea como continuación de un tratamiento o bien iniciándolo, al amparo de determinados acuerdos de colaboración en la práctica clínica. En el Reino Unido, el suministro de anticonceptivos orales sin receta médica por parte de los farmacéuticos comunitarios se rige por las llamadas Directrices de Grupos de Pacientes (PGD)1. Australia tiene una norma de suministro de continuación.
Las encuestas de los consumidores demuestran que las mujeres de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda quieren un acceso a los anticonceptivos sin receta.
En Nueva Zelanda, las mujeres ya tienen acceso a la pastilla anticonceptiva de emergencia a través de los farmacéuticos, lo que constituye un ejemplo de un servicio que ya existe. Los farmacéuticos tienen que seguir una formación especial para suministrar el fármaco, y suelen seguir una lista de chequeo para entregarlo.
Modelo estricto y cuidadoso
Propusimos un modelo muy estricto y cuidadoso que exige una formación adicional al farmacéutico, el uso de una herramienta de cribado especial, la entrega de información escrita y verbal a la mujer, y la comunicación al médico de cabecera de cada caso, con el consentimiento de la paciente. El Comité de clasificación de fármacos admitió que «el perfil riesgo/beneficio de los anticonceptivos orales era similar al de otros fármacos restringidos».
También aprovechamos la oportunidad para consultar con muchos especialistas distintos aspectos sobre los contenidos de sus campos de experiencia respectivos que deberían contener las herramientas de cribado y las hojas de información para las mujeres, así como algunos detalles del programa de formación propuesto para los farmacéuticos que estamos elaborando actualmente. Las herramientas de cribado deben rellenarse una vez al año con la mujer, aunque en las entregas intermedias de anticonceptivos orales sólo se preguntará a la mujer si ha cambiado algo en su estado de salud que implique remitirla a su médico. Para formular las herramientas de cribado hemos adoptado un abordaje basado en datos, usando tanto los criterios médicos del Reino Unido como los de la OMS.
Green Cross Health y la doctora Natalie Gauld trabajan estrechamente con la Sociedad de Farmacéuticos de Nueva Zelanda para coordinar las directrices de formación y combinarlas con las herramientas de cribado que forman parte de la solicitud. Esta formación tiene que ser aprobada por el Consejo de Farmacia de Nueva Zelanda antes de que los farmacéuticos puedan realizarla y, consecuentemente, estar capacitados para proporcionar este servicio a su comunidad. El papel principal del Consejo de Farmacia de Nueva Zelanda es proteger la salud, la seguridad y el bienestar del público, garantizando que los farmacéuticos sean competentes y adecuados para la práctica farmacéutica. El Consejo de Farmacia se creó al amparo del Health Practitioners Competence Assurance Act de 2003 (HPCAA, Ley de Garantía de Competencia de los Profesionales de la Salud); los miembros del Consejo de Farmacia son nombrados por el ministro de Sanidad.
Esperamos poder compartir la fecha de lanzamiento de la formación para farmacéuticos en anticonceptivos orales dentro de pocos meses, y nos comprometemos a que los farmacéuticos comunitarios asuman el servicio y a medir el impacto de la mejora del acceso en nuestras comunidades.
Entre las mujeres de Nueva Zelanda, la disponibilidad de anticonceptivos orales procedentes de farmacéuticos debidamente formados se ha recibido positivamente. Podrán obtener el tratamiento de 6 meses de una sola vez, y el producto deberá ir en el envase original del fabricante.
Conclusión
Los farmacéuticos se han tomado muy en serio su trabajo con los fármacos reclasificados y están encantados de poder ofrecer un mejor servicio a su comunidad. En ningún caso pretenden sustituir a otros profesionales médicos, simplemente están ofreciendo una opción cómoda de la mano de profesionales con formación que tratan a diario con temas tan sensibles como la anticoncepción. Con el consentimiento de sus clientes, los farmacéuticos informarán al médico de la entrega del anticonceptivo oral. Además, gracias a la mejora del acceso a los registros médicos electrónicos, la información adecuada llegará a las personas adecuadas y la mujer sólo tendrá que explicar su historial médico una vez. Espero poder compartir la respuesta del lanzamiento de la formación en anticonceptivos orales y del servicio a las mujeres de Nueva Zelanda.
1Las Directrices de Grupos de Pacientes permiten que los profesionales de la salud entreguen y administren sin receta determinados medicamentos a grupos predefinidos de pacientes. Esta directiva pretende garantizar que las Directrices de Grupos de Pacientes se apliquen en concordancia con la legislación, de manera que los pacientes tengan un acceso seguro y rápido a los fármacos que necesitan. Está disponible en el Reino Unido. Puede encontrarse más información sobre las directrices del NICE en https://www.nice.org.uk/guidance/mpg2