En el Día Internacional de la Mujer, que se celebra hoy 8 de marzo, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) ha querido poner el foco en cómo los medicamentos actúan de forma distinta en las mujeres que en los hombres y destaca la importancia de ajustar las dosis de los fármacos a las condiciones propias de la mujer para, así, garantizar la efectividad y seguridad de los tratamientos en este grupo de población.
Precisamente, como han indicado desde el Consejo, las mujeres tienen un mayor riesgo, entre 1,5 y 1,7 veces superior, de sufrir reacciones adversas a los medicamentos. Por ello, señalan, hay que tener especial precaución con algunos fármacos y ajustar las dosis teniendo en cuentan las condiciones específicas de la mujer.
Estatinas y digoxina
Entre ellos se encuentran las estatinas, porque las mujeres mayores, sobre todo las que presentan bajo peso corporal, tienen mayor riesgo de sufrir efectos adversos, y la digoxina, ya que no solo se elimina en menor intensidad, sino que también presenta un menor aclaramiento renal, un volumen de distribución reducido y la semivida plasmática es más larga en mujeres. Esto hace necesario reducir la dosis o incrementar los intervalos de administración para evitar la potenciación del riesgo de reacciones adversas.
Opiáceos y benzodiacepinas
Los opiáceos y las benzodiacepinas son otros fármacos cuya pauta hay que adaptar a las mujeres, ya que tienen más riesgo de dependencia y adicción, y los antipsicóticos, que ellas los metabolizan de forman más lenta y su efectividad puede ser diferente a la esperada.
Farmacocinética y farmacodinamia
Como explican desde el Consejo, la biología afecta a la farmacocinética y farmacodinamia de los medicamentos que dependen del sexo, lo que puede afectar a la biodisponibilidad, la efectividad y el resultado terapéutico de un medicamento. Esta es una perspectiva basada en la evidencia de las diferencias en la absorción, distribución, el metabolismo y la eliminación de medicamentos que se relacionan con el sexo, como pueden ser la diferencia de peso o la distribución de la grasa corporal.
Y es que -detalla el CGCOF- la administración de medicamentos difícilmente se realiza según mg/kg, lo que hace que, a menudo, las mujeres reciban dosis más altas, provocando mayores concentraciones, de acuerdo con el volumen de distribución y el aclaramiento plasmático, y una mayor exposición a los medicamentos. "Hay que recordar que la mujer, de peso promedio, tiene un mayor porcentaje de grasa corporal que el hombre, lo que afecta al volumen de distribución de algunos medicamentos", señalan.
Tasa de filtración glomerular
Además, el aclaramiento renal de un fármaco inalterado es menor en las mujeres debido a sus menores tasas de filtración glomerular. En este sentido, después de ajustar la dosis según el tamaño del cuerpo y la edad, hay que tener en cuenta que la tasa de filtración glomerular para las mujeres es un 10 % inferior que en los hombres. Y esto se agrava por las diferencias de sexo en la actividad de las enzimas, pues las mujeres tienen una actividad disminuida de CYP1A2, CYP2E1 y UGT y una actividad intensificada de CYP2A6, CYP2B6 y CP3A4.