La compañía alcanza así una meta fijada con la adopción del modelo ISO que le permite orientar la compañía hacia la excelencia, la estandarización de procesos y su integración gradual en las distintas áreas de actividad con un objetivo común: aplicar la mejora continua en un entorno de innovación.
«Nuestro modelo va más allá de la certificación. En Merck entendemos la calidad como una premisa inherente a todo lo que hacemos. Adoptamos sistemáticamente el modelo ISO como plataforma que nos permite integrar diferentes sistemas operativos, cumplir con las normativas de aplicación en entornos tan regulados como el farmacéutico y el químico y, a la vez, fomentar una cultura de mejora continua, innovación y excelencia», afirma Ana Céspedes, directora corporativa de Merck en España.
«La excelencia de nuestro modelo conlleva una orientación de servicio al cliente que permite que Merck se adelante a sus necesidades y expectativas», añade Ana Céspedes. «Ese enfoque contribuye claramente a su cumplimiento con el máximo grado de eficiencia. Asimismo, esta cultura de calidad global nos lleva a integrar sistemas operativos que tradicionalmente no se certifican en este entorno, como las áreas de Regulatory Affairs y el Departamento Médico. Para todas y cada una de las áreas, la compañía ha establecido líneas de trabajo que promueven la creación de valor, tanto para el negocio como para nuestros clientes, poniendo el énfasis en la eficiencia y en la consecución de resultados».
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