Más de 30.000 pacientes de Andalucía, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra se están beneficiando ya del servicio de dispensación colaborativa de medicamentos de diagnóstico y dispensación hospitalaria en farmacias comunitarias. Servicio que está permitiendo a estos pacientes – en su mayoría crónicos e inmunodeprimidos – retirar medicamentos hospitalarios de su farmacia más cercana, gracias al trabajo y la coordinación de los farmacéuticos que desarrollan su labor asistencial en 69 servicios de farmacia hospitalaria, 6.059 farmacias comunitarias y 19 almacenes de distribución farmacéutica.
Esta dispensación colaborativa, puesta en marcha durante la pandemia para mantener la continuidad del tratamiento, la calidad de la atención farmacéutica y reducir los riesgos de transmisión de infección por SARS-CoV-2 a pacientes vulnerables, se consolidó gracias a los protocolos elaborados por la Organización Farmacéutica Colegial con las administraciones sanitarias y los hospitales. Hasta la fecha los pacientes que han elegido esta opción han recibido cerca de 200.000 medicamentos, todos ellos con la seguridad de que este sistema garantiza a lo largo de todo el proceso la presencia de un farmacéutico.
Satisfacción
Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, valora positivamente los datos cosechados por este servicio que surgió como “una respuesta asistencial de la profesión a los pacientes vulnerables durante la pandemia y que se está consolidando”. En este sentido ha avanzado el interés de otras comunidades por sumarse a esta iniciativa “que lo están estudiando junto a los Colegios de Farmacéuticos, sensibles al impacto positivo que tiene y a la aceptación y grado de satisfacción de profesionales y pacientes. Una experiencia aprendida más de la pandemia que debemos aprovechar para reforzar nuestro Sistema Nacional de Salud con nuevos servicios”.
El vicepresidente del Consejo General, Jordi de Dalmases, confirma la valoración positiva tanto de los farmacéuticos como de los gestores sanitarios, pero “sobre todo de los propios pacientes que mostraron un alto nivel de satisfacción con la experiencia - 9,84 sobre 10 – y manifestaron estar de acuerdo (100%) con la continuidad de la misma”. En cuanto al impacto del servicio, De Dalmases recuerda que “estamos hablando de cerca de un millón de pacientes, muchos en edad laboral, la mayoría enfermos crónicos, el 70%, muchos inmunodeprimidos, y que llevan años acudiendo a menudo al hospital, lejos de donde viven, a recoger su medicación”.