Luis González pide «altura de miras» para lograr un gran acuerdo político en torno a la nueva Ley de Farmacia de Madrid

El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Luis González Díez, ha defendido hoy la necesidad de aprobar una nueva ley de farmacia en la región que permita integrar el trabajo que realizan los farmacéuticos dentro del sistema de salud para atender las necesidades sanitarias de la población de una forma más eficaz y eficiente.

Luis González pide «altura de miras» para lograr un gran acuerdo político en torno a la nueva Ley de Farmacia de Madrid
Luis González pide «altura de miras» para lograr un gran acuerdo político en torno a la nueva Ley de Farmacia de Madrid

Durante su intervención en un acto organizado por el Grupo TPI y Cofares, Luis González ha reclamado «altura de miras» y ha apelado a «la responsabilidad» de los representantes políticos de la Asamblea de Madrid para lograr un gran acuerdo en torno al actual proyecto de Ley de Farmacia. «La profesión no entendería que nuestros políticos le diesen un portazo y frenase una aspiración legítima que responde a la esencia misma de la atención farmacéutica: cuidar y velar por que los ciudadanos hagan un uso adecuado de los medicamentos y garantizar que los tratamientos se cumplen y son seguros y adecuados a sus necesidades», ha señalado.

El presidente del COFM ha lamentado que una ley técnica como la de farmacia se haya convertido en objeto de «batalla política, demagogia y oportunismo corporativo».

Atención farmacéutica domicialiaria
Luis González se ha referido a la polémica suscitada en torno a la atención farmacéutica domiciliaria apuntando que «la solución no es ampliar las plantillas de profesionales sanitarios de atención primaria para cubrir esa demanda social con otro nuevo nivel de atención domiciliaria, una medida que exigiría elevar el gasto público de la sanidad en uno o dos puntos más del PIB para cumplir las expectativas». Más bien se trata, según ha añadido, «de explotar todos los recursos al alcance que ofrece la actual red de oficinas de farmacia para desarrollar nuevos servicios que ofrezcan valor a los ciudadanos». En su opinión, “la sanidad española no se puede permitir el lujo de blindarse y prescindir de su oficina de farmacia relegando a sus profesionales a dispensar solo medicamentos”. “Sería una pérdida de oportunidad evidente y un derroche irresponsable”, ha advertido.

El proyecto de ley de Farmacia apunta en esta dirección y desarrolla una nueva cartera de servicios a partir de las competencias farmacéuticas reguladas por la ley de ordenación farmacéutica de 1997, con el objetivo de asegurar la «continuidad asistencial y la cercanía al paciente desde la coordinación y cooperación entre profesionales».

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