Las compañías farmacéuticas han invertido en el caso de España más de 200 millones de euros en los últimos meses para adaptar sus instalaciones y cadenas de producción, así como para el establecimiento y gestión del sistema de repositorios que almacenan los identificadores únicos de los medicamentos.
A esto hay que sumarle el coste de la modificación de los procesos necesarios para la inclusión de los dispositivos de seguridad en los envases, actualizar la documentación de registro necesaria para las autorizaciones y formalizar contratos con el sistema europeo (EMVO) y el SEVeM, con el abono de las tasas correspondientes, para que pueda hacerse la carga y el mantenimiento de repositorios.
La industria ha tenido, además, que revisar los contratos con sus proveedores y con terceras partes para ajustarlos a las actuaciones previstas en la nueva legislación de serialización.
«Este importante esfuerzo de la industria farmacéutica está justificado por nuestra parte cuando estamos hablando de incrementar todavía más la seguridad de los pacientes, y deja claro, una vez más, que nuestro sector está profundamente comprometido con la mejora continua de la calidad de la prestación farmacéutica», explica Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.