El análisis también concluye que «el 92% de los titulares de farmacias VEC presentan una base de cotización mínima, lo cual, realizando una extrapolación a futuro, supondría una pensión de jubilación en torno a unos 600 euros/mes», a lo que se añade que «en aproximadamente 3 de cada 4 oficinas de farmacias VEC el único trabajador de la misma es su titular, lo que implica un sobreesfuerzo a nivel laboral, personal y familiar que impide desconectar y que desemboca en muchos casos en el denominado como Síndrome del Burnout».
Estos datos y otros muchos que ofrece el estudio llevan a la SEFAR a concluir que la realidad de las farmacias VEC es «muy dura y alejada de la imagen arquetípica del farmacéutico adinerado». Y ello es así, dicen, por «la existencia de unos gastos fijos muy elevados y la imposibilidad de obtener más ingresos ante un sistema de retribución anacrónico y obsoleto, que no tiene en cuenta la renta de localización desfavorable y sus particulares características en cuanto a tipología del entorno y población a la que atienden».
Opina la SEFAR que «la economía de escala que produciría la negociación colectiva beneficia finalmente en mayor medida a las farmacias con mayor potencial económico respecto a las otras, haciendo extensible hasta el último de los extremos el innegable beneficio obtenido con la regulación y el Modelo de mínimos instaurado cuando son las de menor facturación las que lo legitiman y justifican».
«La receta electrónica –se explica en el estudio– constituye el más claro ejemplo de una negociación colectiva insolidaria, al suponer el mismo gasto para todas las oficinas de farmacia con independencia del número de equipos de los que esta disponga, la velocidad de conexión real de la que disfrute o el número de dispensaciones que realice».
Por todo ello concluye su análisis la SEFAR afirmando que «en un entorno como el actual, con una regulación estricta basada en los principios de necesidad y proporcionalidad (…) la facturación de una farmacia VEC media no puede constituir el 11,42% de una farmacia media tipo española» y exige que «mientras se mantenga un sistema de retribución como el actual» se haga «un esfuerzo de imaginación a la hora de implementar medidas de control de gasto por parte de las Administraciones para que estas se diseñen, en la medida de lo posible, de forma proporcional, y para que lleven aparejada la evaluación del impacto de las mismas en el conjunto de la red asistencial, y en particular en las oficinas de farmacia con una situación económica más desfavorable». Y proponen que «en su defecto, sería aconsejable la compensación de estas ampliando la vía abierta con el RDL 09/2011, la cual ha resultado de una aplicación tardía y escasa en su cuantía dado el déficit acumulado y soportado por estos profesionales».
El estudio ha sido realizado por Andrés Corsino Reviriego Morcuende, Francisco Guardia Sáez, Julia Martínez López, Jaime Espólita Suárez y Francisco Javier Guerrero García, que se ha encargado de la coordinación.
El informe puede descargarse en: http://www.sefar.org.es/sobre-sefar/estudios