Ante dicha situación, los farmacéuticos de Valencia, Castellón y Alicante celebraron anoche asambleas en los colegios provinciales para decidir las medidas a adoptar pues la falta de liquidez puede conducir al cierre de muchas oficinas. De las reuniones extraordinarias ha salido el acuerdo unánime de iniciar una huelga indefinida a partir del próximo lunes 9 de julio. La única condición para desconvocarla es que Sanitat les abone una cantidad importante que les permita hacer frente a sus obligaciones y que pueda regularizar los ingresos de la factura farmacéutica a través de un calendario real de cobros.
Así, los colegiados de Valencia acordaron anoche emprender el cierre patronal, aunque lo suspenderán en cuanto el Consell les abone la factura de dos mensualidades, que asciende a 240 millones de euros, a 120 millones por mes. Los farmacéuticos de Castellón también se sumaron a esta decisión. Por su parte, los de Alicante, que fueron los que propusieron endurecer las medidas respecto a las anteriores protestas celebradas, también acordaron que si antes del 30 de julio no se hace efectivo este abono comenzarán a cobrar a los usuarios la totalidad de los medicamentos, al romper el convenio con la Generalitat Valenciana.
No se espera que haya ningún problema, como hasta la fecha así ha sucedido, con el cumplimiento escrupuloso de los servicios mínimos que, en principio, se espera que sean los únicos que atiendan a los ciudadanos. Al respecto, el titular de Sanitat, Luis Rosado, ha indicado que la Administración cuenta con mecanismos extraordinarios, sin llegar a citarlos, para hacer llegar los fármacos a los pacientes que los necesitan en caso de fallar la distribución habitual.