Esta experiencia forma parte del Programa denominado conSIGUE, de ámbito nacional, que fue puesto en marcha en Guipúzcoa y Granada y al que ahora se incorporan tanto los farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife como los de Las Palmas. Nacido de un acuerdo entre la Universidad de Granada y el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, el plan cuenta con el apoyo del Ministerio de Sanidad.
La aplicación de este programa refuerza el papel activo del farmacéutico como agente sanitario y su aportación a la mejora de la calidad de vida de las personas. En colaboración con el médico de atención primaria, este tipo de seguimiento evalúa y monitoriza la farmacoterapia, en función de las necesidades particulares del paciente, con el objetivo de alcanzar resultados positivos en su salud.
Además de la mejora de la calidad de vida del paciente y la disminución del número de medicamentos que toma, el desarrollo de servicios similares ya ha supuesto un ahorro de dinero al sistema sanitario de otros países, como Australia, Inglaterra, Suiza o EE UU. En el caso de España, los responsables del proyecto estiman que el ahorro oscilaría entre 180 y 360 euros por paciente y año. En virtud de esa estimación, el sistema público podría dejar de gastar en esta provincia entre 30 y 50 millones de euros.
Durante el desarrollo del programa, los farmacéuticos participantes, que esta semana han recibido formación previa en la sede del Colegio tinerfeño, contarán con la asistencia y apoyo de expertos profesionales contratados por esta entidad, que se encargarán de coordinar y supervisar su evolución. Una vez finalizado el estudio y analizados sus resultados, el objetivo es desarrollar un proyecto para la implantación de este servicio en las farmacias de forma generalizada.