En este sentido, se recordó la rigurosa legislación europea en materia de cosméticos que, entre otros aspectos, prohíbe que sean testados en animales, y por tanto reivindicarlo en los etiquetados solo es una estrategia comercial.
En la ponencia dedicada a abordaje del paciente oncológico se destacó que los cosméticos y el consejo sanitario del farmacéutico pueden ayudar a sentirse mejor, pero que en todo caso se debe huir de mensajes contraproducentes como «si quieres puedes».
Otro asunto de actualidad que fue objeto de debate fue el uso de probióticos y sus efectos sobre la piel. Partiendo de que no todas las bacterias sirven para todo, se afirmó que hay estudios que demuestran que el uso de probióticos sí reduce las afecciones en la piel, como la dermatitis atópica. De hecho, se comentó que el aumento continuo de la dermatitis atópica desde 1970 podría estar vinculado a unas formas de vida y alimentación bajo normas estrictas de higiene que eliminan de nuestros organismos seres vivos beneficiosos, como la flora microbiana.
Desmontando mitos
Otra sesión se dedicó a desmontar mitos sobre la piel. Los expertos recordaron, por ejemplo, que el chorizo y el chocolate puro no influyen en el acné, ni lavarse mucho el pelo lo vuelve más graso. También insistieron en no dar por bueno todo lo que se ve y se lee en las redes sociales, así como en la necesidad de buscar fuentes fiables.
En esta misma línea se recordó el inmenso poder de las redes sociales, que mediante el uso del big data pueden influir en decisiones personales que pueden afectar a nuestra salud.