Éstos serían los momentos en los que estos profesionales podrían ver cómo reaccionan, si miran a los ojos a las personas o si señalan un objeto con el dedo. Son pistas para detectar si esos menores pueden padecer autismo. Para saberlo con más exactitud, los farmacéuticos de la provincia de Badajoz han emprendido un plan de formación para que así puedan contribuir al diagnóstico temprano de esta enfermedad y advertirlo cuando sospechen de un posible caso.
El plan de formación es fruto de la cooperación entre el Servicio Extremeño de Salud, el Colegio de Farmacéuticos Pacenses y la Asociación de Padres de Personas con Autismo de Badajoz. La coordinadora del Centro de Información del Medicamento del Colegio, Yolanda Aguas, explicaba que «se está formando a los farmacéuticos sobre estas posibles señales de alerta o sospechas de autismo, pues un diagnóstico precoz puede ser muy positivo». Los profesionales han de conocer el desarrollo normal de un niño, pues aunque sea muy variable puede servir para confrontarlo ante una conducta autista. También se van a instalar distintos carteles e iconografía en las farmacias para que los niños sepan en qué local se encuentran.
Un trastorno que va a más
Los expertos consideran fundamental este diagnóstico precoz, dado que el número de casos de personas con autismo crece progresivamente. Si en nuestro país habría un afectado por cada centenar de niños, en Estados Unidos estudios recientes sitúan ya un caso por cada sesenta y ocho.
Con esta iniciativa impulsada en las farmacias de la provincia de Badajoz además se pretende sensibilizar a los extremeños respecto a las personas con autismo. La incomprensión de grandes y pequeños les aísla aún más.