Tal reducción de las ventas se traduce en la pérdida directa de 37.700 puestos de trabajo en el sector farmacéutico en la UE, puesto que los fabricantes y distribuidores legítimos de medicamentos contratan a un número inferior de trabajadores de los que necesitarían si no hubiera falsificaciones. Y si se añaden los efectos en cadena que la falsificación de estos medicamentos tiene en el mercado, se suman a la pérdida 53.200 puestos de trabajo en otros ámbitos de la economía de la UE.
Asimismo se calcula que en la UE-28, estos productos falsificados han generado pérdidas de 1.700 millones de euros en ingresos fiscales en términos de impuestos sobre la renta de las familias, cotizaciones a la seguridad social, e impuesto de sociedades.
Este informe, el noveno de una serie de estudios realizados por la EUIPO, se presenta en un evento conjunto organizado con la Asociación General de Consumidores de España (ASGECO), que pone en marcha así la tercera edición de su campaña «consume original».