Según declaraciones de la presidenta de SEFAP, Arantxa Catalán, «los dispositivos de atención primaria de nuestro país necesitan de farmacéuticos capaces de analizar la prescripción de los médicos y el consumo de fármacos por parte de pacientes y ciudadanos, con independencia de que la fuente de prescripción sea hospitalaria o de atención primaria». Asimismo, reitera que «se deben establecer criterios de racionalización asistencial y, si es necesario, incidir sobre los profesionales médicos a fin de que cambien sus hábitos de prescripción. Todo ello es preciso que lo realicen farmacéuticos con un nivel de especialización en competencias que a veces son complementarias de las propias de la farmacia hospitalaria y en otras ocasiones tienen una especificidad propia».
Desde la SEFAP se reconoce que la mayoría de comunidades autónomas dispone de normativas que establecen las funciones de los servicios y unidades de farmacia de atención primaria, pero, curiosamente, hasta la fecha no se ha establecido el título de esta especialidad, ni se han regulado los requisitos de acceso a dicha especialidad, ni tampoco el programa de formación.