Otros treinta colegiados fueron reconocidos por sus 25 años de colegiación, por su larga trayectoria profesional y por su labor farmacéutica e investigadora en la provincia. Se dio además la bienvenida a 46 nuevos colegiados, la mayoría mujeres, cerca del 85%.
Un año más la cena de hermandad se celebró en el Cigarral de las Mercedes. A ella asistieron más de 200 colegiados y estuvo presidida por Ana María Rodríguez, presidenta del COF de Toledo, y los miembros de la junta de Gobierno, que estuvieron acompañados por el subdelegado del Gobierno en Toledo, Fernando Sanz, y la directora general de Planificación de la Consejería de Sanidad, Maite Marín, entre otras autoridades, además de por representantes de diversos colegios profesionales de Toledo y Madrid.
Ana María Rodríguez aprovechó la ocasión para pedir a las Administraciones públicas y fuerzas políticas que apoyen el modelo actual de la farmacia castellano-manchega y española, para preservar que la farmacia llegue a cualquier parte de la geografía regional y nacional.
Destacó, asimismo, la amplia contribución de los farmacéuticos a la salud; desde la investigación y desarrollo de medicamentos a la educación de futuros farmacéuticos, y, por supuesto, al cuidado de la salud de los pacientes y el conjunto de la comunidad. «Su labor –dijo– es en muchas ocasiones desconocida, pero está presente en muchos ámbitos de nuestra sociedad».
Durante su discurso, la presidenta apeló a los farmacéuticos a continuar por el camino de la farmacia asistencial, «volcada en el seguimiento farmacoterapéutico, la adherencia al tratamiento y la prevención de la enfermedad, con el fin de mejorar el estado de salud de los ciudadanos, en colaboración con el resto de profesiones sanitarias».