En este capítulo, la farmacia hospitalaria es la que más se ha desviado en cuanto a deuda. Tampoco hay que olvidar que los tratamientos de la hepatitis C computaron como déficit. Éstos son argumentos más que suficientes para que el Gobierno autonómico se haya propuesto redactar y aplicar un Plan de Eficiencia Farmacéutica.
El consejero de Salud, José María Vergeles, entiende que «con este plan se busca la sostenibilidad y habrá que contar con una mayor implicación de los profesionales, un control individualizado de los medicamentos, la optimización de la compra de productos farmacéuticos y un nuevo modelo de concierto con las farmacias de la comunidad». A este plan hay que sumar otras actuaciones de la Junta para atajar estos incrementos. Así, por ejemplo, el presupuesto del SES ha subido este año un 12,7% para contar con partidas suficientes y afrontar con garantías las necesidades de las áreas de salud y los entes adscritos.
Otros mecanismos
La idea esencial que defiende el consejero Vergeles es que la sanidad regional y estatal está infrafinanciada, con un 5,5% del PIB, cuando al menos requeriría un 6%. De ahí, el déficit que acarrea. Un debate que debería ponerse sobre la mesa cuando se negocie el próximo sistema de financiación autonómica. Mientras tanto, Extremadura también propondrá a Andalucía y a otras comunidades compras centralizadas para lograr mejores precios. Por otra parte, también se planteará a Farmaindustria el riesgo compartido a la hora de incorporar nuevos medicamentos al sistema sanitario.