La introducción de medicamentos innovadores supone un ahorro de entre 2,4 y 8,3 veces la inversión realizada

Los medicamentos innovadores son uno de los instrumentos con mayor capacidad de generar valor añadido a la sociedad. Su introducción, además, supone un ahorro de entre 2,4 y 8,3 veces la inversión realizada. Esta es una de las principales conclusiones del informe El valor del medicamento desde una perspectiva social, elaborado por el centro de investigación en Economía de la Salud Weber con el apoyo de Farmaindustria, que ha sido presentado hoy en Madrid en una jornada en la que han participado representantes de diferentes ámbitos del sector sanitario: gestores, profesionales sanitarios, asociaciones de pacientes y de compañías farmacéuticas.

La introducción de medicamentos innovadores supone un ahorro de entre 2,4 y 8,3 veces la inversión realizada

La jornada ha sido inaugurada por la directora general de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud, Encarnación Cruz, y el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, mientras que la presentación del informe ha corrido a cargo del presidente de la Fundación Weber, Álvaro Hidalgo.

A partir del análisis pormenorizado de más de 500 referencias de la literatura científica sobre el medicamento y su aportación a la sociedad, el informe ofrece una completa visión sobre el valor clínico, económico y social de los nuevos tratamientos, centrándose en las evidencias existentes en tres ámbitos: el ahorro de los costes generales e individuales que suponen para la sociedad, su contribución a la mejora de la economía y la productividad laboral, y los beneficios que aportan en términos de salud y calidad de vida.

Ahorro de costes
En concreto, los estudios recogidos en el informe demuestran que la introducción de novedades terapéuticas y las mejoras en la adherencia a los tratamientos suponen un mejor estado de salud, que tiene a su vez un impacto muy relevante en la reducción de costes sanitarios y no sanitarios. En el primer caso, la reducción de hospitalizaciones, cirugías, consultas y visitas médicas o cuidados personales, que dejan de ser necesarios gracias al mejor estado de salud del paciente, generan ahorros y liberan recursos dentro del sistema sanitario para otros usos. Tampoco se pueden olvidar los costes en los que incurren las familias para sufragar los cuidados dedicados a personas en situación de dependencia, ya sean proporcionados de forma remunerada por profesionales o de manera informal por los allegados. En lo que se refiere a los costes no sanitarios, la mejora clínica producida por la innovación farmacéutica acaba redundando en mejoras en el ámbito laboral del paciente, reduciendo el número de bajas laborales y la merma de productividad en el trabajo, lo que tiene consecuencias muy positivas para el conjunto de la sociedad.

En este sentido, el informe pone de relieve, a partir de estudios en Estados Unidos, que la introducción de nuevos medicamentos supone un ahorro neto de costes sanitarios de entre 2,4 y 8,3 veces el gasto farmacéutico incurrido, siendo este «efecto compensación» más pronunciado a largo que a corto plazo. En esta línea, otro de los estudios recogidos concluye que cada año de reducción de la edad media del medicamento, si bien se asocia a un aumento de 8,2 dólares per cápita en el gasto farmacéutico, supone una reducción de 45,4 dólares en el gasto sanitario total per cápita. Asimismo, por cada dólar adicional invertido en medicamentos innovadores se acaba logrando una reducción media de 4,7 dólares en gasto hospitalario y de 1,5 en la factura sanitaria total, según otra investigación incluida en el informe, y referida en este caso a Canadá.

España
En España, el informe determina que el aumento del gasto farmacéutico en hospital producido entre 1999 y 2005 generó una reducción mayor en el resto de áreas de gasto del centro, lo que derivó en un ahorro neto de costes. Así, se estima que por cada 10% de incremento promedio del gasto farmacéutico hospitalario per cápita en pacientes externos, el gasto farmacéutico del centro aumentó 2,5 euros per cápita, mientras que el resto de partidas de gasto se redujeron en 3,6 euros, generándose por tanto un ahorro neto de 1,1 euros per cápita en el gasto hospitalario total.

Adherencia al tratamiento
Según el informe, los nuevos medicamentos también generan valor y ahorran costes a través de una mayor adherencia al tratamiento; de hecho, el retorno de la inversión por paciente con adherencia mejorada es de 7,1 veces el gasto realizado en diabetes, de 5,1 en hipercolesterolemia y de 4 en el caso de la hipertensión. Asimismo, tal como refleja el informe, el uso de nuevos medicamentos también puede generar ahorros a través de la reducción de la carga de cuidados personales que requieren los pacientes.

El informe hace referencia también a las vacunas como una de las intervenciones de salud pública más coste-efectivas, con unos beneficios que normalmente superan con creces a sus costes destacando, por ejemplo, que por cada dólar invertido en vacunación infantil contra la difteria-tétanos-tosferina se ahorran a largo plazo 27 dólares, de los cuales 9 corresponden a costes sanitarios directos para el sistema.

Mejoras en salud y calidad de vida
Otro de los pilares del informe es el análisis de cómo los medicamentos innovadores han logrado, en las últimas décadas y junto con los avances médicos y las medidas de salud pública, mejoras relevantes en los niveles de salud de la población, permitiendo no sólo alargar la esperanza de vida y la supervivencia, sino la calidad de vida, algo que tiene una gran importancia para los pacientes.

En este ámbito, el informe destaca cómo la esperanza de vida ha aumentado a lo largo de los años, en gran parte gracias a la innovación farmacéutica. Así, entre 2000 y 2009 se ganaron 1,74 años de esperanza de vida en los países desarrollados, de los que un 73% se puede atribuir directamente al efecto de la innovación farmacéutica. En la misma línea, inversiones adicionales en medicamentos pueden ayudar a incrementar la esperanza de vida, como pone de relieve otro estudio que concluye que, en España, un incremento de 1 dólar en el gasto per cápita en medicamentos en un año se traduciría en una ganancia en la esperanza de vida a los 60 años de 1,28 días en hombres y 1,58 días en mujeres.

Industria farmacéutica
El tercer gran ámbito que aborda el informe es la dimensión de la industria biofarmacéutica como motor de crecimiento económico y generador de empleo de calidad, valor añadido y competitividad para la sociedad en la que desarrolla su actividad. Destaca la elevada productividad del sector, que genera un valor añadido bruto a nivel mundial que equivale al PIB de países como Austria, Noruega o Bélgica, y produce bienes por valor de 750.000 millones de euros.

La industria farmacéutica es, además, una importante fuente de empleo cualificado y destaca por su inversión en I+D, ya que se trata del sector industrial que más invierte en este ámbito en España, unos 917 millones de euros (según datos del INE de 2015), lo que supone un 20% del gasto en I+D de la industria.