La intervención del farmacéutico mejora los resultados del tratamiento al paciente hipertenso

Hoy se celebra el Día Mundial de la Hipertensión, establecido por la Liga Mundial de la Hipertensión con el objetivo de sensibilizar sobre su importancia y fomentar su prevención, detección y tratamiento. Se calcula que 1.500 millones de personas en el mundo padecen hipertensión y que es responsable de 9,4 millones de muertes anuales. De hecho, la hipertensión es el mayor factor de riesgo de muerte, responsable de patologías cardiacas, accidentes cerebrovasculares y otras muchas enfermedades.

Coincidiendo con esta fecha, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha elaborado un informe técnico en el que se repasa la importancia de una correcta medida de la presión arterial, su epidemiología e impacto socioeconómico, la prevención, el tratamiento, o la labor fundamental del farmacéutico en la adherencia a los tratamientos.

El tratamiento de la hipertensión implica medidas tanto de carácter farmacológico como no farmacológico, fundamentalmente cambios de estilo de vida del paciente. En este sentido, se trata de identificar y evitar hábitos cotidianos nocivos: alimentación rica en grasas y/o sal, sobrepeso u obesidad y sedentarismo, abuso de bebidas alcohólicas y el tabaquismo, entre otros. En el ámbito preventivo, el reto es identificar a los pacientes hipertensos ocultos y, posteriormente, conseguir que conozcan el correcto proceso de uso y sigan el tratamiento prescrito, especialmente si existen factores de riesgo cardiovascular.

Papel del farmacéutico

Tanto en el ámbito preventivo como el correcto cumplimiento de los tratamientos el farmacéutico desempeña un papel fundamental por su formación y situación de cercanía y accesibilidad en el conjunto del Sistema Nacional de Salud, como así se ha puesto de manifiesto en numerosos estudios.

Las organizaciones colegiales están llevando a cabo iniciativas profesionales que redunden en la detección precoz, el seguimiento farmacoterapéutico y la adherencia al tratamiento, contribuyendo así a mejorar la salud de los pacientes y a la sostenibilidad del sistema; ya que se estima que el incumplimiento provoca un incremento de los costes sanitarios derivados de la asistencia sanitaria y es responsable de entre un 2 y un 12% de las hospitalizaciones.

Así, durante los años 2006 y 2007, 3.500 farmacéuticos de toda España llevaron a cabo una iniciativa –en el marco del Plan Estratégico para el Desarrollo de la Atención Farmacéutica del Consejo General de Farmacéuticos– en la que participaron cerca de 10.000 pacientes hipertensos. La acción se centró en los servicios de dispensación de antihipertensivos IECA y ARA II y seguimiento farmacoterapéutico a pacientes hipertensos con algún otro factor de riesgo cardiovascular.

De los datos obtenidos en el servicio de dispensación, se puede destacar que el 44% de los pacientes desconocía para qué era el medicamento que utilizaba, y un 48% no sabía cómo utilizarlo. Además, los resultados del servicio deseguimiento farmacoterapéutico desvelaron que una tercera parte de los pacientes incluidos reconocían ser fumadores y de ellos la cuarta parte no seguían una dieta pobre en grasas o sal.

En todos los casos el farmacéutico intervino incidiendo en las medidas higiénicas dietéticas necesarias, en el ámbito de la educación sanitaria. Además, se detectaron resultados negativos asociados a la medicación (RNM), fundamentalmente por falta de efectividad del tratamiento. La intervención del farmacéutico en estos casos dio lugar a que el 33% de los pacientes mejoraran en su patología.

En la mayoría de los casos el farmacéutico intervino para resolver los resultados negativos asociados a la medicación, derivando al paciente al médico, consciente de que la colaboración con el equipo pluridisciplinar es indispensable para alcanzar resultados adecuados de los tratamientos, específicamente con el servicio de seguimiento farmacoterapéutico a los pacientes.

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