Ayer 3 de mayo, se celebró el Día Mundial del Asma, una enfermedad inflamatoria de la mucosa que reviste los bronquios y que se manifiesta con dificultad respiratoria, pitos en el pecho, sensación de opresión en el tórax y tos seca persistente. La incidencia de dicha patología se ha incrementado en las últimas décadas. De esta forma, se estima que en la población adulta aparecen de 500 nuevos casos anuales por cada 100.000 personas.
Para tratar los síntomas del paciente asmático y su respuesta en las vías respiratorias, el Dr. Roberto Pelta, médico homeópata y especialista en alergología del Hospital Gregorio Marañón, considera que «la homeopatía puede ser muy útil para el tratamiento del asma, con las ventajas de que el médico homeópata realizará un abordaje integral del paciente y de que los medicamentos homeopáticos, en general, no presentan efectos secundarios, por lo que son especialmente aconsejables en niños, embarazadas, ancianos y personas cuyo organismo pueda estar debilitado».
El asma puede aparecer en cualquier etapa de la vida, sin embargo, «es más frecuente en la infancia, pudiendo remitir, al menos temporalmente, al llegar a la adolescencia. Hasta ese momento es más frecuente en varones, pero a partir de los 45-50 años es más común en mujeres», destaca el citado especialista. Las causas de la aparición del asma son muy variadas y las más comunes: el polen, los ácaros del polvo, los mohos (hongos microscópicos) y el epitelio del perro y del gato. Con independencia de los alérgenos, hay factores agravantes como las infecciones respiratorias, la contaminación atmosférica, el reflujo del ácido procedente del estómago, como ocurre en personas con hernia de hiato, o los diversos agentes irritantes ambientales.
Para evitar que el estrechamiento de las vías aéreas se cronifique, dificultando el paso del aire, es básico lograr un control precoz de la inflamación bronquial. También es clave que el tratamiento de las infecciones respiratorias sea adecuado y que se tengan en cuenta otros factores que pueden contribuir a exacerbar el asma, como la rinitis y la sinusitis crónica o la presencia de pólipos en el interior de las fosas nasales. «La homeopatía dispone de medicamentos muy efectivos para potenciar el funcionamiento del sistema inmunológico, que es el que ejerce una labor defensiva frente a los agentes microbianos que nos rodean», afirma Pelta.
Muchos de los pacientes asmáticos que acuden al homeópata son crónicos y dependen del uso diario de corticoides que se aplican generalmente mediante inhalación. Por ello, no es una buena práctica retirar de forma radical esos fármacos ya que podría suponer un empeoramiento notable del asma.
Entre los medicamentos homeopáticos útiles para tratar el asma destacan el cobre, que actúa como relajante del músculo que se contrae y estrecha los bronquios durante las crisis asmáticas, y la ipecacuana, para combatir la tos persistente que agota al paciente. «Y es que, al igual que ocurre en la medicina convencional, hay medicamentos homeopáticos que alivian los síntomas del paciente asmático, mientras que otros intentan modificar a largo plazo la respuesta exagerada de las vías respiratorias que caracteriza a la enfermedad,», concluye el especialista.