Ante más de 500 farmacéuticos procedentes de toda España, la experta hizo un repaso a los diferentes campos regulados por la bioética, «como la relación médico-paciente, la investigación biomédica, los ensayos clínicos, la relación entre la industria farmacéutica y la profesión médica, etc.», poniendo de relieve «la falta de desarrollo existente en el campo de la bioética en lo relacionado con la atención farmacéutica».
El valor del cuidado
Para la experta, la profesión farmacéutica, de forma similar a otras profesiones sanitarias, «tiene unos valores fundamentales sobre los que se asienta su actividad; entre ellos destacan el respeto al paciente o usuario (autonomía del paciente), la beneficencia (hacer el bien en el desempeño profesional) y la justicia». No obstante, más allá de los valores anteriores, Victoria Camps señaló el valor del cuidado: «No se trata sólo de hacer las cosas bien, además hay que mantener una relación más cercana a los pacientes y sus necesidades, atendiéndoles de una forma más personalizada. El farmacéutico ha de preocuparse de cuidar a sus pacientes y usuarios». Este aspecto del valor del cuidado, prosiguió la experta, «ha sido tratado un tanto de soslayo en nuestro entorno; sin embargo, tenemos el ejemplo del idioma inglés donde la atención farmacéutica se denomina "pharmaceutical care", es decir, literalmente, "cuidado farmacéutico", añadiendo un matiz muy evidente y enriquecedor sobre el valor del cuidado. Precisamente en una época en que la mercadotecnia lo invade todo y en que internet puede suponer una suplantación de la atención farmacéutica, es importante que el farmacéutico reflexione sobre su rol y el valor añadido que puede ofrecer en nuestra sociedad».
Bajo estos valores, el rol del farmacéutico se va perfeccionando, al tiempo que mejora el desarrollo de la profesión: «Sin estos valores sería difícil trascender, por ejemplo, la mera dispensación hacia, en este caso, la promoción del uso racional del medicamento». La interiorización de estos valores «incide en el concepto de 'responsabilidad', que es inherente al desempeño de farmacéutico y que se traduce en términos de responsabilidad social con el contexto económico, político y social en el que el profesional desempeña su labor».
Reducción de errores
Ligado a la responsabilidad, la reducción de errores es otro de los aspectos importantes desde el punto de vista de la ética y los valores en el ámbito de la farmacia. «Debido a la interdisciplinariedad de la atención sanitaria –explicó Victoria Camps–, muchos de estos errores tienen su causa en otros ámbitos ajenos a la farmacia, aunque la afecten. Sin embargo, y a pesar de que vivimos en una sociedad muy individualista y corporativista, sí existe la obligación moral de cooperar con el resto de profesionales para minimizar el efecto de, por ejemplo, las prescripciones inapropiadas, las dispensaciones inapropiadas, los incumplimientos terapéuticos, las equivocaciones en el seguimiento del tratamiento, las monitorizaciones inadecuadas, etc.».
Búsqueda de la excelencia
Por último, la experta reivindicó la necesidad de que, desde el mundo de la farmacia «se persiga de manera constante la excelencia en el desarrollo profesional». Para ello, dijo, «es imprescindible el respeto y seguimiento de varios aspectos, como son el cumplimiento de las leyes, un óptimo desempeño profesional, y la interiorización de los valores anteriormente aludidos (la autonomía del paciente, la benevolencia, la justicia y el valor del cuidado), así como la equidad y la prudencia, entre otros».
El paciente, en el punto de mira
Un tercio de las visitas a urgencias se deben a un efecto no deseado de los medicamentos, y más del 70% de estos efectos no deseados son evitables. Por eso la labor del farmacéutico, dada su posición de agente de salud muy cercano a los pacientes, es clave para lograr mejorar los resultados obtenidos en la utilización de los medicamentos. Estas declaraciones fueron realizadas por el especialista y farmacéutico, Adrián Acuña, acompañado por Borja García de Bikuña Landa, presidente de la Fundación Pharmaceutical Care España. Ambos moderaron la mesa «El paciente con el farmacéutico: ¿Qué nos demanda?».
Los expertos señalaron que «el gran riesgo al que nos enfrentamos es que se pierda de vista el eje fundamental de cualquier sistema de salud, la razón de ser, el actor protagonista: el paciente. De hecho, cualquier proceso que transcurre dentro de un sistema de salud que no tiene como objetivo último mejorar la calidad de vida del paciente es un acto superfluo, un desperdicio de recursos».
Durante el mes de septiembre se realizaron varias charlas-coloquio para pacientes y asociaciones de pacientes en A Coruña y Vigo con el lema: «Atención farmacéutica, descubre lo que tu farmacéutico habitual puede hacer por ti». En ellas se hizo una presentación sobre la atención farmacéutica de una forma sencilla, con ejemplos adaptados a cada patología representada y se abrió un tiempo de coloquio en el que pacientes y farmacéuticos intercambiaron opiniones.
Estas opiniones se recogieron en la una mesa redonda del congreso en la que se dio voz a los pacientes para que expresaran su opinión sobre la relación que mantienen con sus farmacéuticos habituales, contando cuáles son sus necesidades, ofreciendo su valoración sobre lo que la implantación definitiva de la atención farmacéutica supondrá tanto en la calidad del servicio ofrecido como en la consecución de objetivos terapéuticos.
Los ponentes invitados fueron Luis García Gómez, presidente delegado de la Asociación Gallega para la Prevención del Glaucoma; Manuel Martínez Barral, presidente de la Asociación de Diabéticos de Vigo y presidente de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de Galicia; Antonia Bastero Costas, presidenta de la Asociación Gallega para la Prevención del Glaucoma, y Manuel Emilio Ferreiro Prieto, de la Asociación de Cardiópatas y Anticoagulados de A Coruña.
Todos ellos mostraron su «satisfacción por el servicio recibido en las farmacias». En concreto, Manuel Martínez Barral se felicitó porque la receta electrónica «ha mejorado muchísimo la dispensación de medicamento». Antonia Bastero, por su parte, describió la atención farmacéutica como un «buen servicio» al igual que sus compañeros de mesa, que elogiaron la proximidad y el conocimiento de los farmacéuticos.