Más de 80 ensayos clínicos, pero sin evidencia
A lo largo de su intervención, Rabanal dejó claro que todavía no existe evidencia procedente de ensayos clínicos controlados –en España se están desarrollando más de 80– que permitan recomendar un tratamiento para el SARS-CoV-2 y que algunos de los tratamientos disponibles son moléculas de nuevo desarrollo y otras son usos nuevos de medicamentos ya autorizados en otras indicaciones. Por otro lado, también destacó que la posología que se está utilizando en pacientes con SARS-CoV-2 es la misma que la recomendada en alguna o todas las indicaciones autorizadas para esos medicamentos.
Rabanal, a su vez, recordó que es importante tener presente que las características basales de los pacientes con COVID-19 difieren de las de aquellos otros que utilizan estos fármacos en sus indicaciones autorizadas, pudiendo afectar también al perfil de reacciones adversas de estos fármacos en dichos pacientes.
Datos generales de farmacovigilancia en pacientes con COVID-19
El Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano revisa semanalmente las notificaciones de sospechas de reacciones adversas que se reciben relacionadas con los tratamientos que se están utilizando para el SARS-CoV-2. Manel Rabanal expuso que entre el 1 de marzo y el 31 de mayo de 2020 hubo 236 casos de sospecha de reacciones adversas. De ellos, un 92% fueron notificados a los centros autonómicos de farmacovigilancia y un 99% fueron comunicados por profesionales sanitarios. El 36% de casos de sospecha eran pacientes mayores de 65 años, un 74% correspondía a varones y el 92% de los casos fueron graves.
Entre los medicamentos que podrían estar más implicados en las reacciones adversas de pacientes con COVID-19, Rabanal citó la hidroxicloroquina, que podría estar implicada en un 75,4% del total de 236 casos del estudio; lopinavir/ritonavir, que podría estar implicado en un 32,6% de los casos, y tocilizumab, que podría estar implicado en un 29,2% del total de casos.
Papel de los farmacéuticos
En la parte final de su intervención, Rabanal puso de relieve que los farmacéuticos comunitarios están teniendo un papel fundamental en la vigilancia activa de los pacientes que hayan tenido la enfermedad y a la hora de notificar las sospechas de reacciones adversas relacionadas con tratamientos utilizados en la COVID-19.
Siempre que sea posible, Rabanal destacó que es importante reflejar: la edad y el sexo del paciente; el nombre del medicamento, la dosis, la duración e indicación terapéutica; otros medicamentos que esté tomando el paciente (además de los sospechosos); los antecedentes clínicos relevantes y el estado del paciente debido a la COVID-19 en el momento de la reacción adversa y, finalmente, una descripción de la reacción adversa con fecha de inicio y final, así como la situación en el momento de la notificación.