Más allá del Gran Norte

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Cuando hablamos de Suecia nos pueden venir a la cabeza muchas imágenes, pero probablemente poca gente relacionaría este frío país nórdico con la producción de vinos.

Producir vinos en los países nórdicos dista mucho de esa actividad asociada al placer y el glamour. El sol escasea, la temporada propicia es corta, y los pocos amantes de la vitivinicultura y apasionados suecos que se aventuran a ello tienen por delante mucho sudor y poca vendimia.

En Suecia, las hectáreas dedicadas al vino apenas llegan a 100, una gota de agua en el océano del vino mundial. Las bodegas suecas, alrededor de treinta, se concentran en el sur del país. Lejos de los viñedos milenarios de la Europa continental, en Suecia se empezaron a plantar viñas hacia el año 2001. Uno de los pioneros es Murre Sofrakis, en la provincia de Escania, al sur de Suecia, que con una producción de 20.000 botellas anuales abarca casi un tercio de la producción anual sueca.

Los viñedos nórdicos son en su mayoría de vino blanco producido a partir de solaris, una cepa alemana híbrida adaptada al clima escandinavo. Esta variedad blanca se obtuvo en 1975 gracias a Norbert Beber, que la elaboró a partir de la mezcla de merzling, zarya severa y moscatel ottonel. Es una uva precoz, prácticamente invulnerable a las enfermedades fúngicas y muy resistente al clima frío, de modo que resulta bastante fácil cultivarla con criterios ecológicos muy estrictos. De hecho, precisamente porque parece responder al perfil tópico de la vida perfecta, la que no requiere ninguna intervención para desarrollarse y prosperar, algunos productores ni siquiera utilizan cobre o azufre.

Los vinos que se obtienen en Suecia con esta variedad tienen un color pajizo y exhiben deliciosas notas de fruta blanca, jugosa, dinámica y vegetal. En las zonas frías del norte de Italia hace más años que experimentan con ella, obteniendo resultados más favorables.

Así pues, poco a poco e intentando imitar a sus vecinos daneses, que ya cuentan con más de 100 bodegas, en Suecia se quiere hacer un vino blanco de calidad, y en cierta medida lo están consiguiendo, aunque su precio final aún resulta muy elevado y poco competitivo comparado con el de otras zonas.

Kollerhof Solaris 2019

Vigneti delle Dolomiti
Precio: 21,70 €

Es muy complicado encontrar vinos suecos en nuestro país, pero para poder aproximarnos a ellos lo mejor es probar un vino elaborado con solaris. Este vino italiano es muy aromático y con buena acidez. Perfecto para tomar como aperitivo o con un foie bien graso. Es interesante catar esta variedad alguna vez en la vida para compararla con las cepas tradicionales.

Kollerhof
Solaris 2019