“Humanizar es una forma de entender al paciente y a su entorno. Es personalizar la atención, es acompañar al paciente cuando más vulnerable está. Tiene que ver con las actitudes y aptitudes de los profesionales que los atienden”. Esta definición del doctor Julio Zarco sirvió a Luis González Díez, presidente en funciones del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), para presentar su ponencia durante el Congreso y Salón Farmacéutico Infarma Madrid 2022 organizado por los colegios oficiales de farmacéuticos de Madrid y Barcelona, que se está celebrando desde ayer y hasta mañana en el recinto ferial de Ifema de Madrid.
Luis González puntualizó que “a ningún farmacéutico le resultan extraños estos valores. No solo los compartimos, sino que el factor humano es inherente a nuestra actuación como profesionales sanitarios. Tiene que ver con las habilidades de comunicación, con la escucha activa, la empatía y la formación. Son competencias esenciales para una adecuada atención farmacéutica”.
Según González, “se trata de un aspecto fundamental en nuestra relación con los ciudadanos como profesionales sanitarios, pero también en nuestras vidas. Qué duda cabe que la forma en que nos comunicamos y relacionamos determina la calidad de nuestras vidas”.
El presidente en funciones del COFM fue el encargado de moderar la mesa Humanización desde la farmacia. ¿Qué demandan los pacientes?, que corrió a cargo de Rosalía Gozalo Corral, vocal en funciones de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM; Julio Zarco Rodríguez, subdirector gerente en Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidente de la Fundación Humans; y Antoni Lorenzo Garmendia, presidente del Foro Español de Pacientes.
Durante su intervención, Rosalía Gozalo señaló que “el paciente es lo que nos da sentido, es nuestra forma de entender la profesión y el centro de nuestra farmacia. Hay que ver al paciente como un ser humano y no como una enfermedad. Humanizar requiere que el farmacéutico tenga una actitud mental afectiva y moral”.
Según Gozalo, “el farmacéutico debe estar preparado e ir más allá de la dispensación tradicional. Para ello, es necesario trabajar una serie de aspectos sobre el paciente, como tener información sobre la enfermedad; sobre el tratamiento; garantizar la dignidad del ser humano; el impacto del farmacéutico en la salud y en la calidad de vida, y, sobre todo, conocer la satisfacción del paciente más allá de la efectividad y tolerabilidad del tratamiento”.
Además, la vocal en funciones de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM insistió en que “hay que tratar a las personas más allá de la cordialidad y la cortesía, ya que son únicas, con sentimientos y emociones. Respeto hacia la dignidad, calidez y sensibilidad y comprensión. También es necesario conocer sus necesidades y las expectativas del paciente”.
En cuanto a los aspectos más destacables en la oficina de farmacia que ayudan a mejorar la humanización de la asistencia sanitaria, Rosalía Gozalo destacó que “una atención centrada en la persona, una buena calidad en el trato, así como la mejora de la calidad global de la atención sanitaria contribuyen a que el paciente tenga una actitud activa, positiva e informada en la gestión de su enfermedad, lo que le aporta seguridad y confianza”.
La vocal en funciones del COFM mencionó una serie de barreras que actualmente impide la humanización. Entre otras, destacó la burocracia, la falta de coordinación entre los profesionales, el estrés del farmacéutico y la tecnología, con la que se corre el riesgo de que se mecanicen las relaciones y la comunicación con el paciente sea inadecuada. Gozalo concluyó con un mensaje para todos los profesionales sanitarios: “Es responsabilidad de todos aliviar el sufrimiento del paciente”.
Mapa de competencias del farmacéutico
Por su parte, Julio Zarco aportó que “el mapa de competencias del farmacéutico comunitario establece de una manera muy definida la competencia transversal de la atención farmacéutica”. En este sentido, destacó que “el farmacéutico, como profesional sanitario, tiene que desarrollar las llamadas competencias relacionales, que tienen que ver con las habilidades comunicacionales, la entrevista, la escucha activa o la empatía, es decir, dimensiones de la humanización”.
Durante su intervención, el doctor Zarco recalcó que “estas competencias son esenciales para una adecuada atención farmacéutica. De la misma manera, dentro de las dimensiones de la humanización, es importante además de trabajar las áreas competenciales de actitudes, también el ayudar al farmacéutico en el diseño de procesos organizacionales que personalicen lo más posible la atención e incluso el rediseño de los espacios de las farmacias para generar más espacios humanizados”.
“El farmacéutico es un profesional sanitario y como profesional sanitario, que además gestiona un establecimiento sanitario, tiene que tener los mismos principios del humanismo sociosanitario, iguales que los de un médico o un enfermero”, concluyó Zarco.
Por su parte, Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes, afirmó que la protección de la población ha sido el objetivo durante la pandemia. “Los pacientes hemos visto que la farmacia ha sido una de las estructuras que mejor se ha comportado. Ha habido áreas que se han visto colapsadas, pero la farmacia ha estado desde el primer día abierta y operativa”, explicó. Por ello, insistió en que “la farmacia debe tener un reconocimiento como un agente más de la Sanidad en España y debe tener mayor protagonismo en el sistema sanitario”.
Durante el confinamiento, Lorenzo recordó que la primera vez que hizo una cola en la farmacia fue en ese momento y valoró “el papel del farmacéutico porque desde el minuto estaba ahí, aplicando las normas sanitarias para evitar el contagio. Los farmacéuticos siempre han estado de cara al paciente y siempre cuidando y mimando de manera individual”.
La humanización del profesional sanitario es la clave para entender y aliviar el sufrimiento de los pacientes
“Hay que ver al paciente como un ser humano y no como una enfermedad. Humanizar requiere que el farmacéutico tenga una actitud mental afectiva y moral”, según Rosalía Gozalo