Moranta es licenciado en Farmacia por la Universidad de Barcelona y farmacéutico comunitario adjunto en Palma de Mallorca desde hace 19 años. Además de ostentar la vicepresidencia de la delegación balear de SEFAC en la anterior legislatura (2008-2012), ha sido miembro desde 2009 del comité científico de la Sociedad. En la nueva Ejecutiva de SEFAC Illes Balears estará acompañado de: Rosa Llull (vicepresidenta), Bárbara Vanrell (secretaria), Mercedes Cusí (tesorera), Vicenç Alemany (vocal 1º), María Servera (vocal 2ª) y Silvia Jimeno (vocal 3ª). Todos ellos tomaron posesión de sus cargos durante la celebración de una Asamblea autonómica de la delegación el 7 de marzo a la que asistió, en representación de la Junta Directiva de SEFAC, la vicepresidenta Ana Molinero.
Línea continuista
Respecto al funcionamiento de la delegación para esta nueva legislatura, Moranta indica que «se apostará por una línea continuista, ya que en la anterior etapa se ha trabajado en una buena dirección y hay que avanzar en algunos de los objetivos fijados en los últimos años». Entre ellos se encuentra continuar aumentando la cifra de socios de SEFAC Illes Balears (compuesta actualmente por más de un centenar de farmacéuticos), aumentar y diversificar la oferta formativa organizada por esta delegación (como primeros ejemplos de ello, en marzo se celebrará un taller práctico para farmacéuticos sobre cronobiología y cronoterapia en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades, y otro sobre actualización terapéutica en queratosis actínica), establecer nuevos lazos de relación y comunicación con otras sociedades científicas –especialmente de médicos de familia– para la puesta en marcha de proyectos en común, así como divulgar entre la población balear la labor del farmacéutico comunitario y sus servicios profesionales.
Otra de las actuaciones previstas por la nueva Ejecutiva de esta delegación de SEFAC será solicitar a la Administración autonómica la elaboración de una nueva Ley de Ordenación Farmacéutica en Baleares más acorde con las necesidades de la población, incidiendo especialmente en la fijación de un nuevo baremo de méritos para el acceso a farmacias que sea más justo con el farmacéutico comunitario (en el que prevalezcan los criterios asistenciales y se valore la práctica de la atención farmacéutica).