Según datos de dicho estudio, 3.836 farmacias tienen ventas inferiores a 300.000 €/año. Y en todas las comunidades autónomas la pérdida de ventas por farmacia fue generalizada desde 2010 a 2015. Así, en Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra se produjeron las mayores caídas de facturación.
Además, un dato que tiene gran influencia en el consumo de productos y servicios no financiados por el Sistema Nacional de Salud es la renta por hogar: también descendió en todas las comunidades autónomas y todavía no se han recuperado las cifras de 2010.
Ante estos datos, FEFE aconseja limitar la apertura de nuevas farmacias en las comunidades autónomas con mayor caída de facturación. Considera que esta medida serviría para mejorar la economía de las farmacias y la calidad asistencial prestada a los usuarios. «Es indudable –advierte el Observatorio– que una ordenación farmacéutica menos expansiva puede resultar frustrante para los farmacéuticos que aspiran a establecerse en una farmacia de nueva apertura, pero esa frustración puede ser menor que la que tendrían si su nueva farmacia no consigue un nivel de rentabilidad suficiente o requiere una subvención permanente, con posibilidad incluso de tener que cerrarla tras haber invertido tiempo y recursos».