En opinión de FEDIFAR «condicionar el suministro de una población de 8,4 millones de habitantes a un solo fabricante (o a dos, como prevé la Junta) conlleva un enorme riesgo para la continuidad de los tratamientos, ya que podrían darse faltas de suministro por cualquier desajuste imprevisto e impredecible en la producción.
FEDIFAR opina, asimismo, que se pone en riesgo el actual «modelo solidario de distribución» en el que basa su actividad la distribución mayorista de gama completa, que representa el 97% del suministro de farmacias. «Al sacar productos del canal de oficina de farmacia o al rebajar los fármacos, hasta umbrales inasumibles, la balanza empieza a decantarse hacia el déficit», dice FEDIFAR, y añade que «cuando pesen más las pérdidas que las ganancias, la distribución mayorista tendrá que replantearse el servicio que presta, al igual que las boticas», lo que afectará irremediablemente a la ciudadanía. «Y eso es lo que está haciendo Andalucía: sacar medicamentos de la farmacia y dispensarlo en hospitales y sacar medicamentos y productos sanitarios del canal de distribución tradicional para hacer distribución directa», puntualiza FEDIFAR en el comunicado.
Desde FEDIFAR también se recuerda «la fragmentación del mercado español que suponen medidas como la aprobada por Andalucía» y se advierte que «el proyecto de decreto del Gobierno andaluz deja fuera del mercado a todos los laboratorios (de marcas y de genéricos) que no ganen el concurso de suministro, con lo que algunas de estas empresas pueden replantearse su presencia en el mercado español».
Para FEDIFAR, todo tiene un límite: «la Junta de Andalucía está tensando tanto la cuerda –dice– que va a acabar con el equilibrio que sostiene al mercado del medicamento en Andalucía y que puede extenderse al resto de España».