En opinión de esta federación. «al rebajar los fármacos hasta umbrales inasumibles, el modelo empieza a desequilibrarse, por lo que la distribución mayorista tendrá que replantearse el servicio que presta. Esto afectará irremediablemente a la ciudadanía.
Los recortes, siempre a farmacia
En el comunicado FEDIFAR recuerda que las empresas de distribución farmacéutica (y el sector del medicamento en general) ya sufrieron el año pasado un golpe en sus cuentas de resultados, que ha supuesto 1.190 millones de euros menos de ingresos.
«Esto se suma –precisa– a las constantes bajadas de precios de los últimos años, entre otras cosas, por la implantación del sistema de precios de referencia. Sin contar, que las empresas responsables de llevar todos los medicamentos a todos los rincones de España han visto cómo en menos de diez años su margen (fijado por ley) ha disminuido un 40%».
Considera FEDIFAR que «la ciudadanía debe saber que cada vez se distribuyen más medicamentos a menor precio: el número de recetas aumentó en mayo un 4,32%, mientras la factura descendió un 10%, una bajada de gran calado para el sector. Esto significa que las medidas de los gobiernos no buscan la racionalización del gasto, sino un recorte de efecto inmediato que no contribuye al sostenimiento del sistema a medio y largo plazo».
Un asunto de estado
Para esta federación se hace imprescindible que la sanidad sea una prioridad para todos los gobiernos y que su sostenibilidad sea un asunto de Estado. Para mantener la actual prestación sanitaria y farmacéutica hay que invertir en el sistema los recursos necesarios, cosa que no se está haciendo.
Y las únicas vías de ahorro que se están llevando a cabo salen del propio sector farmacéutico sin garantías de que esos ahorros reviertan en enjugar la deuda sanitaria. Así, para esta federación, el conjunto del Estado debería hacer un esfuerzo y buscar recursos para sufragar la sanidad pública y no hacerlo siempre a costa de los agentes que garantizan la prestación.