El proyecto, que finaliza en 2012, está gestionado con el apoyo de las organizaciones guatemaltecas Fundación Centro de Servicios Cristianos (FUNCEDESCRI) y la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (ASECSA) y está financiado íntegramente por la Dirección General deIntegración y Cooperación de la Generalitat Valenciana con 632.626,04 euros. «Las cuatro organizaciones trabajamos conjuntamente para facilitar el acceso y la disponibilidad de estos derechos fundamentales mejorando los ingresos en la población, mediante la producción de hortalizas y granos básicos tanto para consumo propio como para la venta de los excedentes. Además de mejorar la cultura alimentaria de la población, también incidimos en la promoción de la vivienda y se facilita el acceso a los servicios sanitarios de salud y a los medicamentos esenciales», explica Hugo Icú, director ejecutivo de ASECSA.
Producción agrícola para el autoconsumo
«Desde el proyecto apoyamos la producción para el autoconsumo de las comunidades, de manera que son las propias familias las que gestionan sus cultivos de hortalizas, granos básicos, árboles frutales y plantas medicinales. También se promueve la conservación del medio ambiente, el fomento de la participación de las mujeres y el respeto a las autoridades y las formas propias de organización de los pueblos indígenas», afirma Allen González, director de Funcedescri.
En la comunidad de San Pablo Sezontle, Baltazar Lux Mateo, uno de los campesinos beneficiarios, nos cuenta que «hemos luchado para conseguir alimentos para nuestra comunidad, gestionando la producción local para el autoconsumo. Ahora ya no hay necesidad de ir a comprar a Uspantán los alimentos básicos».
Otro aspecto destacable en el proyecto es el manejo pecuario de ganado vacuno, que complementa la dieta familiar con carne y productos lácteos y juega un papel fundamental en el suministro de los fertilizantes orgánicos para los cultivos familiares.
Por otro lado, se ha equipado un taller para la destilación y procesamiento de aceites esenciales, tanto para el consumo local como para la venta a pequeña escala y se han realizado cursos de procesamiento de plantas medicinales y aromáticas. Para ello, Allen González también comenta que «se ha realizado un estudio participativo sobre Recursos Naturales, en el que las comunidades conocen la situación de sus territorios, las principales agresiones que sufren y las herramientas necesarias para una gestión sostenible».
Como actividades de formación, también se realizan cursos de medicina natural, terapias complementarias, fitoterapia y de preparación de alimentos. Reuniones para mejorar la organización y la planificación, así como asambleas de organización local, los llamados orcones, que reúnen a las asociaciones campesinas comunitarias con otras organizaciones de la región para mejorar su coordinación.
Mejorar el acceso a la salud y al agua potable
La salud y el acceso a los medicamentos es el otro gran pilar de este proyecto integral cuya finalidad es facilitar el acceso económico y geográfico a los servicios comunitarios de atención sanitaria, a los medicamentos esenciales y favorecer su uso racional.
«Se han puesto en marcha dos farmacias sociales de medicamentos en las comunidades de Río Azul y Limón Imperial e instalado 16 botiquines comunitarios, integrados dentro de la red comunitaria de medicamentos esenciales y naturales de ASECSA. Con ello, se da cobertura al 10% de la población de Guatemala», afirma Hugo Icú, que también nos cuenta que para la implantación de estas farmacias se ha ampliado la formación con becas de estudio en atención primaria en salud de 6 auxiliares de farmacia y 20 promotores de salud.
Norma Chocooj, una de las supervisoras de la red de medicamentos de ASECSA en la zona, enfatiza que «se pretende que el proyecto sea sostenible para todas las comunidades y durante la formación de los promotores incidimos mucho en la necesidad de hacer un uso racional de los medicamentos».
Otra de las grandes necesidades en las zonas rurales de Guatemala es mejorar la salud materna, sexual y reproductiva. Para ello, se ha brindado formación a 40 comadronas que contribuyen a disminuir la incidencia de muerte materna y mejorar los cuidados obstétricos. «Atendemos a las mujeres antes y después del parto, promoviendo el parto asistencial» explica María Ixim, una de las comadronas formadas dentro del proyecto.
Asimismo, se están construyendo y rehabilitando 10 puestos comunitarios de salud atendidos por personal técnico del Ministerio de Salud y por personal comunitario, para aumentar la disponibilidad a los servicios básicos de atención primaria en salud en estas comunidades.
Además, se están realizando acciones de promoción de viviendas y entornos saludables, mediante la construcción de 57 pozos con bombas de lazo para el consumo de agua potable, 200 letrinas, compostadoras o aboneras y 50 cocinas mejoradas, quegarantizan la seguridad alimentaria y ayudan a disminuir el riesgo del cuadro epidemiológico más común en la zona, basado en enfermedades diarreicas agudas, enfermedades respiratorias y oculares, estas últimas principalmente en las mujeres, que son las que están más expuestasal humo de los fuegos en el hogar.
Tanto ACSUD Las Segovias como FARMAMUNDI participan en plataformas para la incidencia en la soberanía alimentaria, el acceso a la salud y a los medicamentos como derechos inalienables, conscientes de que la lucha por la defensa del territorio, por la definición de las políticas agrarias, alimentarias y sanitarias requieren una acción decidida en defensa de las redes locales y alternativas de producción y consumo, el refuerzo de las estructuras públicas de salud y el protagonismo de los propios beneficiarios.