El asentamiento informal de Eastliegh North, situado en Nairobi (Kenia), cuenta con una nueva unidad de salud sexual y reproductiva que opera desde hace unos meses a pleno rendimiento. Instalada en el centro de salud público de una de las barriadas que más población refugiada acoge del país, da acceso a servicios de salud adaptados a la juventud, y ofrece atención médica y psicosocial a supervivientes de violencia sexual y violencia basada en género.
En los últimos años, el éxodo rural hacia la capital, Nairobi, sumado al aumento de la población proveniente de países vecinos que huyen de situaciones de violencia, inseguridad y crisis socioeconómicas y ambientales, inciden en el deterioro de las condiciones de salud –ya de por si deficientes– de uno de los barrios más vulnerables de la capital keniata. La presión por los escasos recursos existentes se agravó, más si cabe, hace dos años, por la situación de una pandemia como fue la COVID-19.
En este sentido, Farmamundi acaba de finalizar un proyecto de año y medio de la mano de la Generalitat Valenciana. Con esta acción, ha logrado «garantizar la atención de las necesidades específicas de género y edad entre la población refugiada más vulnerable de los asentamientos informales de Eastleigh North, bajo un enfoque de protección a la salud y restitución integral de derechos», explica la responsable de Acción Humanitaria de Farmamundi, Tania Montesinos.
Formación en salud y refuerzo del laboratorio
En los 18 meses que ha durado la intervención junto a la ONG local HESED, con la que trabaja desde hace más de 15 años, la ONG ha puesto en marcha una nueva unidad de salud sexual y reproductiva que ha dado servicio a 6.493 mujeres. Del mismo modo, el personal médico del centro de salud se ha formado para la atención específica a la población más vulnerable. «Otro de los logros ha sido el refuerzo del laboratorio y el dispensario con medicamentos esenciales y específicos para el tratamiento de afecciones prevalentes y ligadas a la salud materno-infantil y a la salud sexual y reproductiva», detalla Montesinos.
La iniciativa ha integrado también el reparto de kits nutritivos y de higiene, y la realización de sesiones de sensibilización y formación en la fabricación de artículos de higiene menstrual reutilizables. También se han reforzado los recursos de apoyo psicosocial, asesoría legal y acompañamiento jurídico a mujeres supervivientes de violencia sexual, así como el impulso de actividades generadoras de ingresos para la completa restitución de los derechos de estas.
El centro de salud público de Eastleigh North, desde el estallido de la pandemia de COVID-19, ha garantizado la atención primaria, los diagnósticos y los tratamientos oportunos a 15.609 personas, el 80% de ellas mujeres.