Con el apoyo del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), se lanza una ‘Guía de Buenas Prácticas’ de donaciones apropiadas y se promueve un proyecto de incidencia política y ciudadana para concienciar que solidaridad no es dar lo que nos sobra, sino lo que la comunidad receptora necesita. La exigencia de rigor debe ser máxima cuando se trata de donaciones de medicamentos esenciales y de garantizar la salud de las personas.
«Como entidad sanitaria especializada en el suministro de medicamentos, en Farmamundi recibimos a menudo llamadas preguntando cómo hacer llegar fármacos a personas que no tienen acceso, por ello la necesidad de recordar esas Buenas Prácticas en una nueva guía que difundiremos y explicaremos en diversos encuentros y reuniones con plataformas de salud y otras instituciones», explica la coordinadora de Farmamundi en Cataluña y responsable de este proyecto, Cecilia García.
Situaciones de crisis humanitarias como consecuencia de sequías extremas, guerra, terremotos o tsunamis, despiertan la solidaridad de la ciudadanía que se vuelca entre otras acciones en la recogida de medicamentos para su donación. Pero a lo largo de los años se ha ido comprobando que en muchos casos estos medicamentos provenían de pacientes o de excedentes de producción que acababan teniendo consecuencias negativas, no sólo en la salud de las personas receptoras cuando los medicamentos no eran los que realmente necesitaban o llegaban caducados, sino también perjudicial para el medio ambiente cuando se desechan sin el tratamiento adecuado, o cuando salen del circuito regulado, creando mercados ilegales de distribución. Es lo que se llama donaciones inapropiadas.
Directrices sobre donaciones adecuadas
Desde que en 1999 la OMS publicara las primeras directrices sobre donaciones de medicamentos que marcan las pautas de las legislaciones nacionales e internacionales sobre este tema, ha llovido mucho, y aunque en menor medida, todavía hoy se siguen denunciando malas prácticas de donaciones de fármacos.
Según estas directrices, entre otras, las donaciones deben estar avaladas por personal farmacéutico, asegurar que los medicamentos no hayan salido del canal farmacéutico, cumplir exhaustivamente todos los estándares internacionales de calidad y, según la legislación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), tener una fecha de caducidad superior a quince meses cuando lleguen a destino.
Las donaciones de medicamentos deben además responder a las solicitudes expresas del país o comunidad receptora de acuerdo a la morbilidad del país, figurar en la lista de esenciales del país, o en su ausencia en la de la OMS, y no deben contener medicamentos que hayan sido previamente facilitados a pacientes y luego devueltos, ni muestras gratuitas.
En la última actualización en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Esenciales de 2017 figuran nuevas recomendaciones sobre qué antibióticos se han de utilizar contra las infecciones comunes y cuáles se deben reservar para los casos más graves. Asimismo, se han añadido medicamentos contra la infección por el VIH, la hepatitis C, la tuberculosis y la leucemia, que eleva a 433 el número total de medicamentos considerados esenciales para responder a las necesidades más importantes de salud pública.