Esta publicación se repetirá anualmente cada mes de junio y engloba cuatro grandes conceptos: donaciones (en este caso sólo se pueden hacer a organizaciones sanitarias, no a personas individuales), apoyo para actividades formativas y reuniones científico-profesionales, retribuciones por servicios profesionales y colaboraciones en materia de I+D.
Expertos de instituciones como el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG), la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Tribunal Supremo han analizado junto a representantes de la Administración sanitaria, las sociedades científicas, la industria farmacéutica y Transparencia Internacional España las implicaciones de esta iniciativa y los nuevos pasos que habrá de afrontar.
En este sentido, responsables de Farmaindustria han recordado que todas las colaboraciones que los laboratorios hagan con profesionales sanitarios desde el pasado 1 de enero se publicarán ya de forma individualizada en junio de 2018, tal como se recoge en la última actualización del Código de Buenas Prácticas de la industria farmacéutica. Esta actualización se produjo el año pasado, tras un informe al respecto de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) emitido en abril.
Respaldo de la Agencia Española de Protección de Datos
Hay que recordar que, en una primera aproximación, y en cumplimiento de la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal, se había aceptado la publicación de datos individualizados y, en los casos en que los profesionales beneficiarios no dieran su consentimiento, de forma agregada. El pronunciamiento de la Agencia Española de Protección de Datos, que antepone el interés general al individual para la publicación de esta información, sostiene que para hacerlo bastará con informar a los profesionales en los contratos o documentos que formalicen su relación con el laboratorio. La Agencia sí exige, en cambio, que la publicación de datos individualizados no sirva a otra finalidad que la perseguida por la iniciativa y, por consiguiente, apunta que no debe facilitarse la indexación de la información publicada en los sitios web a través de motores de búsqueda.
En cualquier caso, la publicación individualizada de las transferencias de valor es sólo una de las bases sobre las que se asienta la política de transparencia que en los últimos tres lustros está desarrollando la industria farmacéutica y que se concreta en el citado Código de Buenas Prácticas.
Esta política incluye otros elementos ligados a la transparencia, como el establecimiento de los criterios que debe cumplir la industria para colaborar en actividades formativas y reuniones científico-profesionales de organizaciones sanitarias y la publicación de las relaciones con las asociaciones de pacientes, de los acuerdos de mediación ante la Comisión Deontológica y de las resoluciones emitidas por el Jurado de Autocontrol (Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial).