Sellés ha reafirmado la «constante y leal voluntad de diálogo de la industria», y ha puesto como ejemplo el Convenio de Farmaindustria con el Gobierno, que en 2018 cumplió su tercer año de vigencia y que a final de año se volvió a prorrogar. A través del mismo, la industria se obliga a retornar al Estado el exceso del gasto público en fármacos si su crecimiento es superior al del PIB, lo que constituye una doble garantía: para los pacientes, que pueden acceder a todos los medicamentos disponibles, y para la Administración, que tiene un instrumento eficaz de control presupuestario.
El presidente de Farmaindustria también ha destacado que la industria farmacéutica en España «ha demostrado que es un sector capaz de responder a los retos que se nos presentan». En este sentido, ha señalado que la pujante realidad del sector, unida a la idónea situación de España como plataforma para la investigación biomédica y la realización de ensayos clínicos, sitúa al sector, por derecho propio, como «una gran oportunidad para España como sector tractor y referencia del modelo económico al que debe caminar el país».
Destino preferido para investigar
Todas estas características sectoriales quedan reflejadas en la Memoria de actividades aprobada por la Asamblea. El documento, que puede consultarse ya en la página web de Farmaindustria, refleja un año más el liderazgo del sector en I+D, ya que copa el 20,3% del total destinado a esta actividad por todos los sectores industriales. Veinte medicamentos con nuevos principios activos llegaron a los pacientes españoles el año pasado.
La Memoria expone cómo la industria farmacéutica concentra en los 41.000 puestos de trabajo que genera de forma directa el empleo más estable (94,2% de contratos indefinidos), cualificado (62,4% titulados) y diverso (52% mujeres) de toda la industria española. Y con respecto al peso industrial y económico del sector, el documento recoge datos como los más de 11.000 millones de euros en exportaciones en 2018, el 25% de la alta tecnología que exporta España, y los 15.000 millones en producción en suelo español, que dan idea del valor de un sector empresarial sólido, creador de riqueza, de alta productividad y vinculado a la I+D y la innovación.
Compromiso social
Por otro lado, también destacan en la Memoria los datos referentes a la aplicación del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, por cuyo cumplimiento vela la Unidad de Supervisión Deontológica. Fruto de la apuesta del sector por la transparencia es que se hacen públicas las colaboraciones con organizaciones y profesionales sanitarios y organizaciones de pacientes, las mediaciones y sanciones del Sistema de Autorregulación y las evaluaciones de las reuniones científico-profesionales organizadas por terceros. En 2018, la Unidad de Supervisión Deontológica analizó y verificó 3.894 reuniones científicas, de las que el 96% cumplían con el Código y el 4% restante necesitó correcciones.
Otras facetas del compromiso social de la industria farmacéutica son la medioambiental, a través de la iniciativa Sigre, y la de la seguridad, con la puesta en marcha de SEVeM.
Inversión, no gasto
El presidente de Farmaindustria ha instado al futuro Gobierno de España y al conjunto de las Administraciones a reforzar el diálogo para trabajar juntos por el presente y el futuro del sistema sanitario y la calidad de la atención para los pacientes. Sellés ha mostrado su preocupación por la inestabilidad que han provocado la provisionalidad del Gobierno y los procesos electorales y, especialmente, por la incertidumbre ante las medidas recogidas en la Actualización del Programa de Estabilidad, haciéndose eco algunas de ellas del informe de la AIReF sobre el gasto farmacéutico en recetas. Desde Farmaindustria consideran que tales medidas tienden a ver la adquisición de medicamentos como un mero gasto, en lugar de una inversión, en tanto que proporciona ahorros constatados tanto en otras prestaciones sanitarias como en la productividad de un país, además de mejorar la calidad de vida de las personas.