Farmacéuticos y CESIDA reclaman la libertad de elección del paciente de VIH para recibir su medicación

Los presidentes del Consejo General de Farmacéuticos, Jesús Aguilar, y la Coordinadora Estatal de VIH y Sida (Cesida), Ramón Espacio, suscribieron ayer un convenio de colaboración con el objetivo de favorecer la prevención, el diagnóstico precoz y la calidad de vida de los pacientes con VIH.

Farmacéuticos y CESIDA reclaman la libertad de elección del paciente de VIH para recibir su medicación
Farmacéuticos y CESIDA reclaman la libertad de elección del paciente de VIH para recibir su medicación

Fruto de este convenio ambas instituciones llevarán a cabo acciones de información, sensibilización, concienciación y formación. Además, compartirán información de interés común para detectar las necesidades de la población con VIH y así mejorar la calidad asistencial que ofrecen las farmacias.

Para Jesús Aguilar «este convenio da continuidad a la larga trayectoria de colaboración de las farmacias con este colectivo, porque siempre hemos estado ahí». Una función asistencial y social que, según explicó, comenzó «a principios de los 80 desarrollando acciones de educación y preventivas como elemento clave en esta lucha sanitaria y social». Aguilar destacó además la labor de prevención y diagnóstico precoz que ya llevan a cabo las farmacias, mediante la dispensación del autotest de VIH así como la prueba que se realiza en farmacias en varias comunidades.

Libertad de elección
Con el fin de generar el mínimo impacto en la vida de los pacientes, Jesús Aguilar reivindicó «que tengan la libertad de elección para retirar los antirretrovirales allí donde más les convenga», porque es necesario «que las decisiones se adopten pensando siempre en el paciente». En actualidad un paciente con VIH, dependiendo de la comunidad de residencia, puede tener que ir entre 6 y 12 veces al hospital al año para recoger los fármacos, mientras que con el médico especialista solo tiene consulta 2 veces al año.

Ramón Espacio considera que «se dan las condiciones para empezar a valorar la posibilidad de que los fármacos antirretrovirales no se dispensen exclusivamente en hospitales, pues la receta electrónica permitiría controlar la adherencia al tratamiento. Además, habría que estudiar el impacto económico que esta medida tendría en el sistema sanitario público».

La filosofía que preside este convenio es la de poner la red de 22.000 farmacias y los más de 52.000 farmacéuticos que trabajan en estos establecimientos sanitarios al servicio de la estrategia 90-90-90: 90% de personas diagnosticadas, 90% de personas en tratamiento y 90% con carga viral indetectable. Esa es, al menos, la meta fijada por ONUSIDA para el año 2020 con el objeto de controlar y erradicar la virus.

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