En dicho encuentro participaron tres representantes del sector farmacéutico de Japón: Hideki Hayashi (farmacéutico y profesor de Gifu Pharmaceutical University), Nobuhiro Namaki (profesor asociado de la citada Universidad) y Michiko Obahara (farmacéutica, integrada en Welcia, uno de los más importantes grupos del sector de la salud de Japón), y dos representantes de la SEFAR: Isabel Enríquez (titular en Tielmes y miembro de la Junta Directiva de SEFAR) y María Luisa Alarcón (titular en Aldea del Fresno y socia de SEFAR).
La delegación japonesa, que previamente había visitado diferentes países europeos, tenía como objetivo conocer el sistema de farmacia rural en España debido a que ambos países comparten características comunes como el alto índice de esperanza de vida, una población rural dispersa debido a su carácter insular y unos bajos índices de natalidad.
En la reunión mantenida quedó constancia de las importantes diferencias entre el modelo farmacéutico nipón y el español, siendo las más importante de ellas el hecho de que en el país asiático no existen el binomio titularidad-propiedad ni una planificación demográfica ni poblacional, lo que provoca que las oficinas de farmacia se agrupen en núcleos de población importantes existiendo numerosas zonas rurales sin prestación farmacéutica.
La delegación japonesa quedó gratamente sorprendida al comprobar la alta capilaridad de la farmacia en España, así como el funcionamiento de los servicios de guardia, ya que, en su país de origen éstas son voluntarias y se cobra un suplemento sobre los precios en horario nocturno.
Desde la SEFAR se valoró muy positivamente la existencia en Japón de la figura del farmacéutico de atención domiciliaria (retribuido por el Estado) y se abogó por implementar la retribución de los servicios de guardia rurales debido al esfuerzo personal y económico que suponen para los titulares de estas pequeñas farmacias.