En el marco de esta iniciativa, impulsada por el Departamento de Salud de la Generalitat y el Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya, las farmacias trabajan conjuntamente para aportar información sobre incidentes de seguridad relacionados con el uso de los medicamentos, para monitorizar su abuso o el uso recreativo y para obtener datos que se puedan integrar en sistemas de vigilancia de otras profesionales sanitarios. Esta información de primera mano ayuda a planificar actuaciones específicas de mejora en el uso de los medicamentos en Cataluña, a través de estrategias de actuación coordinadas entre las instituciones sanitarias y colegiales. Asimismo, la constitución de esta red estable de farmacias centinelas permite obtener datos válidos generados por la propia dinámica asistencial y que se pueden integrar en el sistema de vigilancia epidemiológica, facilitando una respuesta más eficaz de los servicios de salud pública.
La formación
Durante la tarde del miércoles 14 de junio tuvo lugar en el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, con conexión por webinar en las sedes de los colegios de Girona, Lleida y Tarragona, una formación específica en la que se dieron las herramientas necesarias a los farmacéuticos para que puedan formar parte de la red.
Esta formación fue a cargo de Pilar Gascón, secretaria del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña (CCFC); M. José Gaspar, jefe de Servicio de Ordenación y Calidad Farmacéutica; Manel Rabanal, jefe de Sección de Vigilancia y Publicidad del Medicamento; Anna Maria Jambrina, de la Dirección General de Ordenación Profesional y Regulación Sanitaria del Departamento de Salud; Gloria Cereza, del Centro Autonómico de Farmacovigilancia de Cataluña; Rafael Guayta-Escolies, director de Proyectos e Investigación del CCFC; Maria Perelló, del Centro de Información del Medicamento del COFB; Pilar Rius, del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña; y Gloria Carmona y Pedro Planes, de la Agencia de Salud Pública de Cataluña del Departamento de Salud.
A lo largo de las 4 horas que duró el curso, se profundizó en aspectos como el funcionamiento general de la red y cómo realizar el registro de datos obtenidos. Más concretamente, entre otros temas, se abordó cómo hacer el seguimiento de las alertas de calidad de medicamentos, cómo notificar la sospecha de errores de medicación o reacciones adversas a medicamentos, y también qué se ha de tener en cuenta para identificar posibles casos de uso de medicamentos con finalidad no terapéutica.
Campos en que actúan farmacias centinelas
Las dos grandes áreas en que han actuado los farmacéuticos durante la fase piloto han sido, por un lado, la farmacovigilancia, centrada en la detección, evaluación, conocimiento y prevención de los efectos adversos de los medicamentos. Dentro de este campo, los farmacéuticos tienen como funciones principales seguir las alertas farmacéuticas de desabastecimiento de medicamentos –registrado, por ejemplo, el número de pacientes que han pedido el medicamento afectado–, así como las alertas de calidad –por garantizar, entre otros, la correcta retirada de los medicamentos en los que se han podido detectar defectos–. Asimismo, son los encargados de notificar una sospecha de reacción adversa a un fármaco, vigilar los medicamentos sujetos a seguimiento adicional –aquellos sobre los que se dispone de menos información, porque se ha comercializado recientemente o porque la información que se tiene sobre su uso a largo plazo es limitada–.
Por otra parte, detectar y registrar la sospecha de abuso o uso desviado de medicamentos con una finalidad no terapéutica. Con esta acción, contribuyen a apoyar el Observatorio de Medicamentos de Abuso (OMA) en su tarea como órgano de vigilancia epidemiológica y también en su estudio del consumo a nivel poblacional.