La mayoría de las reclamaciones son porque sus autores creen que la Seguridad Social y Hacienda han cruzado mal sus datos y las administraciones les hacen pagar de más. En palabras del presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz, Cecilio Venegas, «la norma del copago es muy escrupulosa, pero en muchos casos la información del usuario respecto a su situación laboral y a su nivel de renta no se actualiza desde el año 2010». Una de las consecuencias de esta disconformidad con el copago es que una parte de los enfermos dejen su tratamiento por el coste que supone, aunque Venegas cree que todavía es pronto para saberlo con exactitud. Otra novedad a la que los usuarios se están adaptando es el listado de medicamentos que se han quedado sin financiación pública. Por lo general, opinan que tienen que pagar por algo que antes era gratis o casi.
Recogen los tiques
Ante estas vicisitudes, los farmacéuticos detectan que los consumidores van cambiando su actitud. Adquieren los medicamentos imprescindibles, retiran sólo los que indica para ese mes la tarjeta sanitaria electrónica, y recogen los tiques, tras pagar, para posibles reclamaciones en el futuro. Además, Cecilio Venegas apunta que los profesionales están echando cuentas. Aunque aún es oficioso, «la facturación habría caído entre un 15% y un 20%».