Con motivo del Día Mundial de la Obesidad, que se celebra hoy 4 de marzo, la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), la Asociación Nacional de Personas que viven con Obesidad (ANPO) y Novo Nordisk se han sumado al lema “Changing Systems. Healthier Lives”, de la Federación Mundial de Obesidad, para invitar a reflexionar sobre cómo los diferentes sistemas pueden ayudar a mejorar el abordaje de la enfermedad, con especial foco en el entorno directo del paciente y la sociedad.
La obesidad es una enfermedad compleja y multifactorial donde la salud mental de la persona que la padece juega un papel fundamental: mientras que una inadecuada salud mental puede influir en el desarrollo de la obesidad, ésta también puede desencadenar o agravar trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión. De hecho, la obesidad incrementa en un 30% el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad y en un 40% síntomas de ansiedad. Abordar la obesidad sin atender a los factores emocionales y psicológicos es tratar solo una parte de la enfermedad. Los expertos destacan que un enfoque integral que contemple tanto la mente como el cuerpo es esencial para conseguir resultados sostenibles y mejorar la salud cardiovascular de los pacientes.
El cerebro y su relación con la comida
Más del 41% de las personas con sobrepeso u obesidad presentan alimentación emocional, y es que entre las múltiples causas que provocan esta enfermedad, se encuentra la alimentación. “A nivel cerebral, las personas con obesidad experimentan alteraciones en los mecanismos que regulan el hambre y la saciedad, con una mayor necesidad de ingesta para sentir satisfacción. Este fenómeno, ligado al hipotálamo y el hipocampo, está relacionado con la sensación de recompensa y desmiente el mito de que la obesidad es solo cuestión de ‘fuerza de voluntad’ explica el doctor Albert Lecube, editor de la revista BMI en la Junta directiva de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y jefe de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Arnau de Vilanova (Lleida).
Este experto señala también que nuestra relación con la comida se construye desde la infancia, a través del aprendizaje y la educación. “Premiar a los niños con alimentos altamente calóricos puede generar patrones difíciles de romper en la adultez, mientras que fomentar hábitos saludables desde pequeños ayuda a desarrollar una mejor relación con la comida”. Sin embargo, es posible modificar estos patrones con un abordaje multidisciplinar. Psicólogos, médicos, nutricionistas y especialistas en actividad física pueden ayudar a las personas con obesidad a mejorar su relación con la alimentación y adoptar hábitos más saludables de forma sostenible.
Obesidad, con corazón
Para entender mejor esta relación, en el encuentro se presentó “Obesidad, con corazón. Tú también formas parte de la solución”, un documento que describe distintos perfiles psicológicos de personas con obesidad y ofrece recomendaciones para interactuar con cada uno de ellos y reducir su carga emocional.“El objetivo es acercar la parte más humana y las variables psicológicas a la parte clínica y comprender cómo estos perfiles psicológicos pueden influir en el desarrollo y mantenimiento de la obesidad. Se trata de conocer cómo puede ser la historia de vida de una persona con obesidad para poder abordarla de la manera más efectiva”, explicó el Dr. Santos Solano, psicólogo sanitario y coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología y Obesidad de SEEDO. “Toda persona que vive con obesidad debe ser tratada por un equipo de profesionales sanitarios multidisciplinar entre los que no puede faltar el abordaje psicológico para tener éxito”, señala Federico Luis Moya, presidente de la Asociación Nacional de Personas que viven con Obesidad (ANPO) y vicepresidente de la ECPO (European Coalition for People living with Obesity). “Hay que estar preparado psicológicamente para abordar la obesidad”, añade.
Dejar de culpabilizar
Las enfermedades cardiovasculares (ECVs) constituyen ya la principal causa de mortalidad en personas con obesidad y también se ha comprobado que más del 21% de la población con obesidad en España tiene al menos una ECV establecida (cardiopatía isquémica, ictus, enfermedad arterial periférica). Por otro lado, respecto a la relación entre salud mental y ECV, se ha visto cómo el aislamiento social y la soledad se relacionan con un 50% más de riesgo de enfermedad cardiovascular.
“Existe una vinculación clara entre salud emocional y salud cardiovascular y profesionales sanitarios, familiares y entorno social en general. Debemos comprender que no solo es importante tratar bien la enfermedad, sino también a la persona. El lema ‘Changing Systems. Healthier Lives’ es una llamada a dejar de culpabilizar a quienes tienen obesidad y hacernos reflexionar a todos como parte de un sistema que no está evitando que desde 1990 la obesidad se haya duplicado con creces entre los adultos de todo el mundo y se haya cuatriplicado entre los adolescentes, según la OMS”, concluye el Dr. Pajuelo, director médico de Novo Nordisk España.