La mesa fue moderada por la secretaria general de la Agrupación Farmacéutica Europea, Ilaria Passarani, que reivindicó que no se valore a la farmacia comunitaria solo en términos de coste, si no de eficiencia. En este sentido, recordó el papel que puede desempeñar la farmacia en la prevención de la enfermedad, evitando hasta 1,2 millones de muertes al año. Y desde esa perspectiva más amplia, cómo se debe valorar la función y la viabilidad de la farmacia.
Para dar a conocer el modelo farmacéutico de Portugal intervino Ema Paulino, representante de la Sociedad Farmacéutica Portuguesa, quien se refirió a la nueva Ley de Servicios Profesionales Sanitarios que ha entrado en vigor este mismo año y que recoge nuevas funciones para tratar de «hacer sostenibles las farmacias comunitarias, sobre todo en el ámbito rural». Paulino también anunció que, tras un proyecto piloto, pronto se extenderá a todas las farmacias portuguesas la posibilidad de dispensar medicamentos retrovirales.
Por último, en representación de la Orden de Farmacéuticos de Francia, intervino Stephane Pichon, quien alertó de que «en su país están cerrando farmacias rurales», atribuyendo ese hecho a «la falta de médicos rurales». Por eso, reclamó «una mayor coordinación de la farmacia con otros profesionales sanitarios». Como novedad quiso resaltar el impulso de un programa de conciliación farmacéutica para «pacientes polimedicados, cuyo objetivo es controlar y reducir en lo posible la medicación».