Recién cerrado el balance de 2019, los datos del Ministerio de Sanidad desvelan que este gasto ascendió a 323,6 millones de euros; es decir, 45 millones más que en 2013, o lo que es lo mismo, un incremento de casi el 15,5%. Si miramos el número de recetas prescritas, hace seis años se emitieron 24,8 millones y el pasado se rebasaron los 27,3 millones. Estos incrementos tienen sus consecuencias en las cuentas públicas. Así, para curarse en salud, la Junta ha dotado la partida dedicada a farmacia de los presupuestos regionales de 2020 con 340 millones de euros, cantidad que garantiza el abono puntual a las apotecas de la comunidad.
Una mejor financiación de la Sanidad
Por otra parte, esta subida del gasto farmacéutico por recetas en particular, y el sanitario en general condicionan las políticas y las demandas. El consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, reitera que su petición al gobierno de Pedro Sánchez es que «en una próxima Conferencia de Presidentes se aborde la financiación de la sanidad. Debería ser un punto fundamental de las conversaciones que nos lleven a un nuevo sistema de financiación autonómica». El actual sistema cubre las necesidades sanitarias con un 5% del PIB, cuando la región dedica un 6,5%, por lo que la gestión del Servicio Extremeño de Salud genera un déficit anual de unos 240 millones de euros que hay que resolver.